Sandra López podría terminar viviendo en la calle con sus tres hijos, dos de ellos menores de edad, si no se detiene el acuerdo celebrado entre un agente inmobiliario y un agente del sheriff de Los Ángeles, su exesposo, que vendió su casa sin que ella estuviera de acuerdo en las especificaciones del contrato ni darle tiempo siquiera a leerlo.
“Esto significa que yo tendré 15 días para salirme de la casa junto con mis hijos, una vez que termine el proceso del escrow (del papeleo para concretar la compra venta de la casa)”, dijo Sandra, quien acudió a La Opinión para denunciar la tensa situación que vive.
Explicó que el divorcio con su exesposo Héctor López con quien estuvo casada por casi 20 años se disolvió el 23 de febrero tras años de sufrir violencia verbal y emocional. Sus hijos tienen 20 años, 14 años y 11 años.
“Cuando contraté a mi abogado, me advirtió que no sería fácil porque los jueces favorecen a policías, agentes del sheriff y personal militar”.
Sin embargo, Sandra no imaginó las dificultades que enfrentaría, y aunque el proceso – dice- ha sido muy complicado de principio a fin, la parte que más problemática tiene que ver con la venta de la casa.
La expareja tiene una casa de tres recámaras en Pico Rivera, en donde vivieron por casi 12 años. Al separarse, ella se quedó habitando el inmueble al lado de sus hijos.
“El juez determinó que la casa se pondría a la venta y la ganancia se repartiría por partes iguales. Se acordó que yo buscaría a 4 agentes inmobiliarios, y que mi exesposo escogería al agente inmobiliario para la venta”.
Sandra comparte que ella no tenía la menor idea de lo que significaba un proceso de compra-venta de una casa, y seleccionó la lista de 4 agentes inmobiliarios en base a recomendaciones hechas por amistades y conocidos.
“En realidad, yo no me ocupé de investigarlos y ese fue mi error”.
Su exesposo escogió al agente inmobiliario Roberto Antonio Araya de la compañía Excellence que se localiza en el 5207 del bulevar Rosemead en Pico Rivera. Este agente trabaja bajo la supervisión del agente (broker) Mike Oyoque quien se presenta a la comunidad latina como Mr. Excellence. De acuerdo a Sandra, Oyoke tienen su licencia del estado restringida, y mandó a La Opinión, un documento del Departamento de BIenes Raíces de California que muestra la restricción.
Cabe aclarar que estos documentos sobre el estado de las licencias expedidas por el estado de California son públicos.
La casa se puso en venta el 1 de abril.
“Al ver cómo les estaba lastimando a mis hijos tener que dejar la casa donde han crecido, y lo que han sufrido con el divorcio, me puse a pensar que tal vez yo podría comprarle mi parte a mi exesposo para que mis hijos tuvieran más estabilidad emocional y no se vieran más afectados”.
Cuenta que se acercó a su exesposo para plantearle el tema, y éste le pidió presentarle una oferta a su agente inmobiliario.
“El agente inmobiliario Araya me respondió que estaba bien, pero que tenía que ser a través del prestamista con quien él trabaja. Yo le dije que no me podía condicionar eso, y que yo tenía mi propio prestamista”.
Como ella no aceptó, su oferta ni siquiera fue escuchada. “Las ofertas comenzaron a llegar el 10 de abril, y para el 13 de abril me dijeron que tenían una oferta que era la mejor y que tenía que firmarla”.
Sandra dice que le pidió al agente inmobiliario tiempo para analizar la oferta; y le mandó una serie de preguntas y solicitó algunos documentos más al agente inmobiliario porque el paquete que le enviaron estaba incompleto.
“El agente inmobiliario simplemente ignoró todos mis mensajes, y la última notificación que recibí fue que mi exesposo y su abogado habían autorizado la venta de la casa sin tomarme en cuenta”.
Comenta que francamente se sintió muy presionada y acorralada por el agente inmobiliario, su exesposo y su abogado, y grande fue su sorpresa al descubrir que Araya mantuvo su licencia expirada como vendedor inmobiliario por parte del Departamento de Bienes Raíces (DRE) de California durante el proceso de venta de su casa.
“La activó hasta el 18 de abril, 4 días después del 14 de abril que vendieron mi casa”.
Sandra dice que ella lamenta que por la ambición y falta de ética del agente inmobiliario, su oferta de compra-venta no haya sido escuchada.
“Tampoco fue honesto conmigo al no decirme que su licencia de vendedor o agente de ventas estaba expirada; y por tanto, no tenía autoridad para vender. Le ganó la ambición y actuó de manera abusiva con tal de ganar de manera inmediata su comisión sobre la venta. Se va a llevar el 2% del valor de la propiedad, casi $14,000”.
Sandra también proporcionó a La Opinión un documento que prueba que la licencia de Araya estuvo expirada entre el 7 de febrero al 17 de abril.
“En ese lapso de tiempo que su licencia estaba caducada, él hizo dos transacciones más. Vendió una casa en la ciudad de Hemet, la cual cerró el 31 de marzo; y la otra venta fue en Los Ángeles, con la zona postal 90063, y la cerró el 11 de abril”.
De nuevo, aclara que esta información es pública, a disposición de cualquier persona.
Dice que como consecuencia entabló una queja contra el agente Araya por practicar sin licencia en la Asociación de Realtors (agentes inmobiliarios) de Downey a la que él está asociado; y también al departamento estatal que les concede las licencias.
“Me preocupa que una persona como él trabaje para una compañía enfocada en la comunidad latina que muchas veces no conoce ni está familiarizada con el proceso de compra venta de una casa, y que agentes como éste, tomen ventaja de ellos para su propio provecho personal”.
Sandra confiesa sentirse muy preocupada y ansiosa porque el contrato de venta que el agente inmobiliario celebró con su exesposo y el abogado de éste, sin darle oportunidad de participar, ni tener voz y voto.
“No toman en cuenta que soy una madre soltera, con dos hijos menores, un adulto de 20 años que es estudiante de tiempo completo”.
Dice que además el contrato de venta indica que se tiene que salir en 15 días, y si no lo hace debe pagar alrededor de $169 diarios, y además le van a retener $10,000 de la parte que le toca a ella por la venta de la casa.
“Incluyeron en la venta los electrodomésticos de la cocina que yo he comprado; y él que propuso todo eso fue el agente de bienes raíces Roberto Araya mientras que el exesposo, agente del sheriff estuvo de acuerdo junto con su abogado”.
Así que dice que si ella y sus hijos se quedan en la calle, no les va a importar a nadie.
“Quiero denunciar el abuso. Primero por parte de un agente del sheriff cuyo deber es proteger a la gente, pero no puede proteger a sus propios hijos ni a su propia sangre. Literalmente los está dejando en la calle. Y no es tan fácil encontrar dónde vivir. No hay casas, y los departamentos de renta que hay están carísimos. Yo me he estado quebrando la cabeza buscando lugares de renta”.
Esta madre terminó mandando un mensaje a la comunidad:
“Tengan mucho cuidado con los agentes del sheriff. No todos están para servir; y mucho cuidado con los agentes de bienes raíces. Por favor revisen que su licencia para vender esté actualizada y denuncien a los agentes inmobiliarios deshonestos que fallan a su código de ética”.
Les pide que abran los ojos. “Tomen tiempo e investiguen a los agentes inmobiliarios”, dice desesperada.
La Opinión contactó al agente inmobiliario Araya; y al alguacil López, pero al cierre de esta edición no ha tenido respuesta.