El próximo domingo 6 de noviembre los habitantes de Estados Unidos deberán retrasar una hora sus relojes para el horario de invierno.
Cada octubre y noviembre, decenas de países de todo el mundo retroceden una hora sus relojes, corrigiendo un cambio realizado seis meses antes.
No a todo el mundo le gusta el horario de verano, especialmente cuando los relojes se adelantan en marzo y se pierden 60 minutos de sueño de repente, según un artículo publicado por The International News.
Algunos estudios incluso han sugerido que la medida provca un mayor número de ataques cardíacos, accidentes de tránsito, lesiones en el lugar de trabajo y delitos.
Alrededor del 60 por ciento de los países no cambian sus relojes. Más de 70 observan la práctica, pero muchos ahora están considerando eliminarla.
La idea de adelantar el reloj una hora con respecto a la hora estándar es brindar a las personas más luz durante las noches de verano y más luz durante las mañanas de invierno, cuando los relojes retroceden.
Se dice que muchos países adoptaron la práctica durante la Primera Guerra Mundial como una forma de conservar el carbón.
En 1916, Alemania se convirtió en el primer país en comenzar la práctica, seguida poco después por Estados Unidos y gran parte de Europa.
En el Reino Unido y Europa, el horario de verano de 2022 comenzó a la 1 a.m. del domingo 27 de marzo y finaliza a las 2 a.m. del domingo 30 de octubre.
En los Estados Unidos y Canadá, el cambio aplica a partir del domingo 13 de marzo hasta el domingo 6 de noviembre.
Docenas de países abolieron la práctica después de observarla durante muchos años, incluidos Egipto, Sudán, Siria, Irán, Irak, Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Argentina, Brasil y Rusia.
Los relojes de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Kuwait, Omán, Qatar y Yemen tampoco se modifican, junto con India, China y Japón.
A estos países ahora se unirá Jordania después de que las autoridades desecharan la medida el miércoles.
En los EE.UU., se propuso la Ley de Protección contra la Luz Solar para hacer permanente el horario de verano, eliminando la necesidad de cambiar los relojes dos veces al año.
El 15 de marzo, el proyecto de ley fue aprobado por unanimidad en el Senado de los Estados Unidos. Ahora debe ser discutido por la Cámara de Representantes antes de que el presidente pueda promulgarlo.
Si se aprueba, entraría en vigencia el 5 de noviembre de 2023, el día antes de que se retrasen los relojes.
Se han presentado varios proyectos de ley a nivel estatal para descontinuar la ley, aprobándose en California, Florida y muchos otros.
Un proyecto de ley de 2022 para eximir a Virginia dijo que la “conclusión abrumadora” de los investigadores es que “resulta directamente” en un aumento de ataques cardíacos, accidentes de tránsito, lesiones en el lugar de trabajo, muertes de peatones y delitos, así como interrupción del sueño y pérdida de productividad.
Dijo que la investigación también ha encontrado un vínculo con el trastorno afectivo estacional, los accidentes cerebrovasculares y el paro cardíaco.
Una Ley de Modificación del Horario también está cobrando fuerza en Canadá para hacer que el horario de verano sea permanente.
México ha tenido el horario de verano desde 1996, pero a principios de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió un proyecto de ley al Congreso para poner fin a la práctica, diciendo que el cambio de hora afecta negativamente a las personas con problemas cardiovasculares y de memoria, así como trastornos del sueño.
Si el proyecto de ley es aprobado por el Senado, México eliminará el horario de verano en otoño.
La Unión Europea también quiere deshacerse del horario de verano.
En marzo de 2019, el Parlamento Europeo votó para prescindir por completo de los cambios de reloj semestrales.
Se suponía que el cambio se promulgaría después del acuerdo del Consejo Europeo, pero el organismo solicitó a la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, que primero realizara una evaluación de impacto, informó Bloomberg. El asunto sigue en punto muerto.
El Reino Unido no tiene planes de renunciar a lo que llama el horario de verano británico, a pesar de que una encuesta de YouGov encontró que los que se oponen superan en número a los que están a favor en un 40 a 33 por ciento.