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La primera estrategia formal de seguridad nacional del presidente Joe Biden identifica a China como “el desafío geopolítico más importante de Estados Unidos” y también destaca otras prioridades de Biden al comienzo de lo que llama una “década decisiva” para desafíos globales como el cambio climático y la competencia entre las principales potencias mundiales
El documento, requerido por el Congreso, llega 21 meses después del comienzo del mandato de Biden.
“Desde los primeros días de mi presidencia, he argumentado que nuestro mundo está en un punto de inflexión”, dice Biden en el preámbulo del documento de 48 páginas. “La forma en que respondamos a los tremendos desafíos y las oportunidades sin precedentes que enfrentamos hoy determinará la dirección de nuestro mundo e impactará la seguridad y la prosperidad del pueblo estadounidense para las generaciones venideras”.
El informe comunica la visión de seguridad nacional del poder ejecutivo al Congreso. La ley federal exige que se publique anualmente, aunque las administraciones a menudo no cumplen con ese estándar.
Los contornos generales de la estrategia se han hecho evidentes a lo largo del mandato del presidente, incluido un enfoque en la reconstrucción de asociaciones globales y en la lucha contra China y Rusia.
Pero al poner por escrito los pilares de su política exterior, Biden está presentando su visión de un mundo en el que Estados Unidos y sus aliados están cada vez más en competencia con China, incluso mientras se trabaja para evitar la amenaza de un peligroso enfrentamiento nuclear que se pudo evitar durante la Guerra Fría.
“Rusia y la RPC plantean diferentes desafíos”, escribió Biden, usando la abreviatura de la República Popular China. “Rusia representa una amenaza inmediata para el sistema internacional libre y abierto, violando imprudentemente las leyes básicas del orden internacional hoy, como lo ha demostrado su brutal guerra de agresión contra Ucrania”.
China “es el único país que tiene tanto la intención de remodelar el orden internacional como, cada vez más, el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para avanzar en ese objetivo”, escribió el presidente.
La estrategia de Biden se destaca por borrar las distinciones entre política interna y política exterior cuando argumenta que la fuente de la fortaleza de EE.UU. vendrá de una reafirmación de las tradiciones democráticas de la nación.
Se enfoca ampliamente en invertir a nivel nacional para que EE.UU. tenga un ejército moderno y no dependa de las cadenas de suministro extranjeras. También pone énfasis en construir alianzas en el extranjero para contrarrestar la influencia de adversarios como China.
Pero también se produce cuando China está en ascenso y busca reescribir las reglas del comercio, la vigilancia y la influencia sobre otros países y Rusia busca redefinir las fronteras nacionales. Tanto los aliados como los adversarios examinarán esta estrategia en busca de indicios del compromiso de Biden de hacer frente a ambos oponentes.
La administración Biden también resalta la importancia de que EE.UU. fortalezca su papel como líder en el escenario global y se comprometa activamente con las naciones de todo el mundo, lo que dice que “promoverá la paz y la seguridad” y “promoverá la prosperidad en todas las regiones”.
