Varios líderes y dignatarios del mundo le rindieron homenaje a la reina Isabel II, después de su fallecimiento este jueves a los 96 años.
Exaltaron su profundo sentido del deber y resiliencia, además del humor y la gentileza que caracterizaron a la monarca.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lideró los tributos, recordando a una “reina de corazón gentil” que fue “amiga de Francia”.
Y el expresidente de EE.UU. Barack Obama dijo que la reina había “cautivado al mundo” a través de un “reinado definido por la gracia, la elegancia y una ética laboral incansable“.
“Una y otra vez nos sorprendió con su calidez, con la manera en la que reconfortaba a las personas e incorporaba su destacable humor y encanto a los momentos de gran pompa y circunstancia”, dijo en un comunicado Obama, quien se reunió con la reina en varias ocasiones.
El actual presidente de EE.UU., Joe Biden, describió a la reina como “más que una monarca: [una mujer que] definió una era”.
Haciendo una descripción de su visita a Reino Unido como presidente, Biden dijo: “Nos encantó su ingenio, nos conmovió con su gentileza y compartió generosamente su sabiduría con nosotros”.
La reina y Norteamérica
La reina Isabel II se reunió con 13 presidentes estadounidenses a lo largo de su reinado.
El expresidente estadounidense Donald Trump dijo: “Nunca olvidaré la generosa amistad de Su Majestad, su gran sabiduría y su maravilloso sentido del humor”.
“¡Qué grandiosa y hermosa mujer era – no hubo nadie como ella!”, escribió en su plataforma social Truth Social.
El reinado de la monarca también vio pasar a 12 primeros ministros canadienses.
Hablando poco después del anuncio de su fallecimiento, un Justin Trudeau acongojado dijo que la reina había tenido “un amor evidente, profundo y duradero por los canadienses”.
“En un mundo complicado, su gracia y resolución sostenidas nos reconfortaron a todos”, prosiguió el primer ministro de Canadá, diciendo además que extrañará sus “charlas”, en las que ella era “detallista, sabia, curiosa, colaborativa, divertida y tantas cosas más”.
“Era una de mis personas favoritas en el mundo, y la extrañaré”, dijo mientras se aguantaba las lágrimas.
Una personalidad extraordinaria
El rey Guillermo Alejandro de Países Bajos -primo en quinto grado de la reina Isabel- dijo que él y la reina Máxima recordaban a la “firme y sabia” monarca con un “profundo respeto y aprecio”.
Y el rey Felipe y la reina Matilde de Bélgica dijeron que fue “una personalidad extraordinaria… quien a través de su reinado mostró dignidad, coraje y devoción”.
El primer ministro de India, Naendra Modi, recordó las “reuniones memorables” que tuvo con la monarca durante un par de visitas a Reino Unido.
“Nunca olvidaré su calidez y gentileza”, escribió en un tuit. “Durante una de las reuniones, me mostró el pañuelo que Mahatma Ghandi le regaló en su matrimonio. Siempre voy a atesorar ese gesto”.
El canciller alemán, Olaf Scholz, rindió tributo al “maravilloso humor” de la reina y dijo en un comunicado que “su compromiso con la reconciliación británico-alemana después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial no quedará en el olvido”.
“Una presencia reconfortante”
Como monarca durante 7 décadas, la reina Isabel vivió tiempos de cambios extraordinarios, y esto se vio reflejado en los distintos homenajes que le hicieron.
Como lo señaló Barack Obama, la reina vivió “momentos de prosperidad y estancamiento – desde la llegada a la Luna hasta la caída del muro de Berlín.”
El presidente de Irlanda, Michael D Higgins, honró el “extraordinario sentido del deber” de la reina, el cual “tendrá un lugar único en la historia británica”.
“Su reinado de 70 años estuvo enmarcado por momentos de cambios enormes, durante los cuales ella representó un extraordinario sentido de seguridad para el pueblo británico”, dijo en un extenso comunicado.
“Era una seguridad que se basaba en la realidad del significado de eventos presentes, en vez de concebir la historia de una manera limitada”.
El jefe de gobierno de Irlanda, Michéal Martin, se refirió a su reinado como uno de “duración histórica” y describió el fallecimiento como el “fin de una era”.
“Su dedicación al deber y al servicio público eran evidentes, y su sabiduría y experiencia realmente únicos”, dijo Martin en un comunicado. También recordó los “muchos gestos de gracia y comentarios cálidos” que hizo durante una visita estatal a Irlanda en 2011.
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, dijo que la reina Isabel fue una “presencia reconfortante durante décadas de cambios radicales, incluyendo la descolonización de África y Asia y la evolución de la mancomunidad”.
En un comunicado, Guterres rindió homenaje a la “dedicación inquebrantable y permanente que tuvo para servir a su pueblo. El mundo recordará durante mucho tiempo su devoción y liderazgo”.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, también reconoció los enormes cambios que la reina vio durante su monarquía, pero dijo que durante todos ellos, ella “se mantuvo como un ícono de liderazgo estable, responsable, y un faro de moralidad, humanidad y patriotismo”.
Aunque la reina nunca visitó Israel, sí lo hicieron Carlos, Eduardo, Guillermo y el fallecido príncipe Felipe, cuya madre está enterrada en Jerusalén.
“La reina Isabel fue una figura histórica: vivió la historia, hizo historia, y con su fallecimiento deja un legado magnífico e inspirador”, escribió el presidente Herzog.
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