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Catástrofe nuclear de Chernóbil alteró la genética de los perros abandonados

Los perros que viven en la zona industrial de la central son genéticamente distintos de los que viven más lejos. / Foto: AFP/Getty Images
Los perros que viven en la zona industrial de la central son genéticamente distintos de los que viven más lejos. / Foto: AFP/Getty Images

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DIMITAR DILKOFF / AFP / Getty Images

Pese a que la población humana abandonó los alrededores de la central nuclear de Chernóbil tras la explosión registrada en 1986, algunas poblaciones de perros se mantuvieron ahí y actualmente muestran diferencias genéticas.

De acuerdo con un estudio publicados el 3 de marzo en Science Advances, científicos han descubierto que los perros que viven en la zona industrial de la central son genéticamente distintos de los que viven más lejos.

El equipo de investigadores recogió muestras de sangre de estos perros para analizar su ADN, lo que permitió a los investigadores trazar un mapa de sus complejas estructuras familiares.

Aunque su trabajo reveló que los perros de la zona de la central eléctrica tienen un aspecto genéticamente diferente al de los perros de la ciudad de Chernóbil, a unos 15 kilómetros de distancia, el equipo no sabe si la radiación causó o no estas diferencias. Los perros pueden ser genéticamente distintos simplemente porque viven en una zona relativamente aislada.

En la investigación se explica que es probable que los perros que aún viven en la zona de exclusión desciendan de las mascotas abandonadas cuando los habitantes de los alrededores de la central de Chernóbil huyeron precipitadamente de la región, dejando atrás todas sus pertenencias, incluidos sus compañeros de cuatro patas.

Muchos de los efectos que los investigadores han observado en los perros y otros animales son paralelos a los observados en el pasado con los supervivientes de la bomba atómica de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, han aumentado las tasas de cataratas, porque los ojos son los primeros tejidos que muestran signos de exposición crónica a la radiación ionizante. Los científicos también buscan otras anomalías en el desarrollo, como tumores, cerebros más pequeños y cambios en la simetría.

Las amplias variaciones genómicas dentro de la zona de exclusión de Chernóbil y entre las distintas ubicaciones geográficas sugieren que los perros viven cerca unos de otros, se desplazan de un lugar a otro y se reproducen libremente, según el estudio

¿Cómo han sobrevivido los perros?

Los perros han vivido en la zona desde la catástrofe, alimentados por los trabajadores de la limpieza de Chernóbil y los turistas. Unos 250 perros callejeros vivían en la central y sus alrededores, entre las instalaciones de procesamiento de combustible gastado y a la sombra del reactor en ruinas. Cientos más vagan por la zona de exclusión, un área del tamaño del Parque Nacional de Yosemite.

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