A Juan Carlos Hidalgo, un micrófono lo sacó de trabajar de los campos de Oxnard y lo llevó a alcanzar su sueño, trabajar en la radio hispana en Los Ángeles. Lo que nunca imaginó es que un día estaría en LéaLA, la Feria del Libro en Español y Festival Literario, presentando su propio libro Entre Dos Tierras en el que cuenta su historia de éxito como inmigrante en Estados Unidos.
“Este libro te ayuda a encontrarte y a darte cuenta que tus sueños se pueden alcanzar sin importar de dónde vengas, si tuviste educación, si vas llegando, o tienes mucho tiempo”, dijo emocionado Juan Carlos Hidalgo a La Opinión, después de participar en la mesa de diálogo Juan Carlos Hidalgo: La voz de un inmigrante que conquistó Los Ángeles.
“Este libro te entusiasma y te lleva a tomar esa decisión de lograr tu sueño”, agrega.
Juan Carlos nació en el rancho Tariácuri de Michoacán, México. Emigró a los 18 años a Estados Unidos, siguiendo los pasos de su padre Don Miguel Hidalgo quien fue bracero.
“Nunca planeé mis logros, ni me puse metas. Me dejé llevar por lo que me daba la vida, y aunque tuve tropiezos y situaciones difíciles, mi pasión por hacer lo que me gusta, siempre me sacó adelante”.
A Juan Carlos, el micrófono le atrajo desde que vivía en su pueblo en Michoacán. Y todo se lo debe a su padre, don Miguel quien rentaba películas y las pasaba a los moradores de Tariácuri por medio de un proyector, pero cuando se venía a trabajar a Estados Unidos como bracero, el rancho se quedaba sin cine por temporadas.
“Yo veía como mi padre promovía el cine por un micrófono que se oía en una bocina con forma de trompeta. Eso tuvo un gran impacto en mí; y me sembró la semillita de hablar en público. Indirectamente yo lo quería imitar”.
Pero además el cine era una diversión para Juan Carlos y la gente de su pueblo.
“Yo me sentía frustrado por no poder ver cine. Un día fui y negocié la renta de películas, abrí el cine y para promoverlo e invitar a la gente, no me quedó otra más que hablar por primera vez en un micrófono”.
Y nunca olvidará sus primeras palabras: “Bueno, bueno, probando sonido, se escucha”.
Más tarde, animado por esa experiencia, buscó una oportunidad como aprendiz de radio en México, pero le dijeron que no se podía, porque se requería educación y un certificado de comunicador.
Su sueño de trabajar en la radio aparentemente quedó en el olvido, cuando emigró a Estados Unidos.
“Crucé de manera ilegal en la cajuela de un carro, y llegué a Oxnard donde me puse a piscar fresa”.
Pero pareciera que su destino ya estaba marcado, porque justo en el campo mientras trabajaba, su compañera de surco traía una radio portátil en la que escuchó un anuncio de una clase de locución.
“Decían que lo único que necesitaba, era el deseo de querer ser profesional de la radio”.
Nunca va a olvidar que fue Antonio “El Buqui” García, quien le dio la primera oportunidad de entrar a la radio.
“Fue un domingo a las 3 de la mañana que hablé por primera vez en un micrófono de la radio. Por eso le digo a los inmigrantes que nunca olviden a quién les dio la primera mano”.
La tenacidad de Juan Carlos lo llevó a convertirse en locutor y director de radio. En 1998 se hizo ciudadano de Estados Unidos.
“Mi libro es un homenaje a mis padres Don Miguel y doña Sara Hidalgo, y a todos los inmigrantes que se pierden en el camino y no saben cómo retomarlo. Es para empezar de cero, porque a veces estás perdido y no sabes a dónde llegar”.
Y dice que su intención con su libro Entre Dos Tierras es inspirar.
“Muchos no saben que venir de un rancho, tener una educación limitada, y ser de bajos recursos, no es un impedimento para triunfar en la vida”.
El libro está dedicado a los inmigrantes; y en particular, a los braceros como su padre.
“Mi libro cuenta una historia muy triste y desgarradora, que me da mucho coraje y sentimiento porque mi padre igual que muchos, tuvieron que entrar a un cuarto donde los rociaban con Aldrín y pesticidas, según que para matarles los piojos y que pudieran cruzar la frontera”.
Considera que los braceros hicieron un sacrificio para que a todos los inmigrantes les fuera mejor en este país.
“A veces nos quejamos de discriminación, pero discriminación fue lo que vivieron nuestros braceros”.
Juan Carlos confiesa que no encontraba cómo concluir el libro. No imaginaba que una situación inesperada de salud lo ayudaría a darle el final que estaba buscando.
“A mediados de marzo, fui a hacerme mis exámenes regulares, pero a los tres días me pidieron que fuera a la oficina del médico porque había encontrado algo. Me dijeron que tenía cáncer avanzado, y había que hacer una cirugía”.
Así que como si fuera un mensaje divino, la enfermedad le dio el final de su libro.
“Queda plasmado en el libro mi intención de ayudar porque el cáncer ha sido una gran lección en mi vida”.
Y admite que el libro le ayudó a mantenerse entusiasmado por la vida y a no caerse ante la noticia del cáncer.
“Hace apenas 8 semanas, me operaron”.
Juan Carlos tiene 57 años y es sobreviviente de cáncer de próstata y cáncer testicular.
“Quiero que me recuerden como una persona que ha trabajado para servir y dignificar a nuestra comunidad hispana, que es muy grande y sigue creciendo. Una de mis filosofías en la radio que dirijo, es que toquen música de calidad que ayude y dignifique a la comunidad hispana”.
Y su lema, dice, es nunca voltear para atrás y dejar de lado los reclamos y malas vibras porque eso, aseguran, “no te deja avanzar”.
Acompañaron a Juan Carlos Hidalgo en la presentación de su libro Entre Dos Tierras, Poncho Lizárraga, vocalista de la Banda El Recodo y su compañero de radio Jesús García “El Peladillo”; y como moderador estuvo otra personalidad de la radio Beto Díaz “El Chikilin”.
El reportero de Telemundo, Juan Carlos González describió a Hidalgo como un hombre apasionado y entregado al trabajo. “Nunca ha perdido el piso. Es súper humilde. Un ejemplo de resiliencia y lucha cuesta arriba. Además de que ha venido a abrir vereda para las próximas generaciones en la radio”.
Juan Carlos Hidalgo es actualmente director de la radio La Raza 97.9.