Pesajes humillantes, bulimia y otros horrores. Eso es lo que vivió una ex medallista de oro de los campeonatos juveniles de Reino Unido con una prometedora carrera.
Phoebe Lenderyou dice que sufrió ese trastorno alimentario durante años como resultado de las críticas extremas y los controles de peso ordenados por sus entrenadores de natación.
Además, añadió que ella era solo una de las muchas nadadoras que regularmente se morían de hambre antes de ser pesadas y que los entrenadores a menudo culpaban del bajo rendimiento en la piscina al aumento de peso.
En una ocasión, dijo, un grupo de atletas fueron “puestas a prueba” por los entrenadores.
Les habrían ofrecido pastel de chocolate y les llamaron “fracasadas” cuando lo comieron.
Lenderyou contó que dejó el deporte con su “salud mental arruinada” y pasó años tratando de recuperarse.
“Cuando les conté [estas historias] a mis amigos y familiares y no podían creerlo. Es completamente vergonzoso que haya sucedido”, dijo.
La BBC ha hablado con varios nadadores, padres y entrenadores que alegan malos tratos en clubes de toda Inglaterra.
Las acusaciones, que se remontan a más de una década, incluyen intimidación, vergüenza, abuso emocional, que se permitiera entrenara atletas mientras estaban lesionados, menosprecios, obsesión con el peso y no abordar los trastornos alimentarios.
‘Gané medallas pero me sentí inútil’
Louise Graham, gerente de desarrollo regional de Swim England North East, ha investigado múltiples ejemplos de acoso y humillación de las víctimas.
Ella considera que había una visión “anticuada” de que los atletas debían endurecerse para tener éxito.
“La gente adopta sin críticas las malas prácticas considerando que ‘si estaba bien hace 20 años, está bien ahora, esto es lo que se requiere para ser un campeón olímpico y eso es todo’”, dijo.
“Pero esa visión es muy irresponsable y necesita cambiarse”.
En febrero de 2022, la BBC reveló que el club de natación de élite Ellesmere College Titans de Shropshire cerró sus puertas después de una investigación -que duró un año- sobre las más de 70 quejas de nadadores que incluían intimidación, vergüenza, abuso emocional y autolesiones.
Desde entonces, la BBC se ha visto inundada con informes de malas prácticas en todos los niveles del deporte, aunque muchas víctimas tienen miedo de hablar.
Las acusaciones incluyen:
- Los nadadoras perdieron tanto peso que sus períodos se detuvieron.
- A una adolescente se le dijo que siguiera haciendo ejercicio con una costilla rota para poder continuar con las “sesiones para quemar grasa”.
- Un club obligó a los atletas a entrenar durante horas sin tomar agua en los días de pesaje para que la retención de líquidos no afecte la báscula.
- Gritos e insultos a niños y niñas por su bajo rendimiento, a menudo relacionado con el agotamiento y la falta de nutrición.
- La BBC también vio evidencias de que una máquina utilizada para rastrear el peso de un nadadora de 15 años a la que se le había introducido una fecha de nacimiento falsa porque estaba destinada solo para adultos.
Lenderyou contó que en una ocasión un entrenador señaló partes de su cuerpo y dijo que había engordado.
Esta ex nadadora británica ganó competencias nacionales, compitió en los European Juniors y obtuvo el oro en los Juegos de la Juventud de la Commonwealth en 2011, lo que la convirtió en “la persona a seguir”.
Pero pasó de estar en los podios internacionales a ser reprendida por su tamaño.
Los pesajes públicos regulares y un régimen alimentario restringido se convirtieron en una obsesión que luchó por controlar.
Soledad y asilamiento
Durante cinco años sufrió bulimia y trastornos por atracón.
“Estaba tan sola y muy, muy triste. No podía decirle a nadie lo que estaba pasando y me sentía completamente inútil”, dijo.
“No había forma de que pudiera mostrar ninguna debilidad, así que simplemente la oculté”.
Lenderyou se enamoró de la natación mientras estaba en el City of Newcastle Swimming Club, que ya está disuelto.
Cuando tenía 16 años se mudó a 650 kilómetros de su hogar para asistir a Plymouth College, que tiene una asociación de muchos años con Plymouth Leander Swimming Club y se describe a sí mismo como una “escuela líder mundial en deportes de rendimiento”.
La nadadora cuenta como en una sesión, la apartaron y un entrenador señaló partes de su cuerpo y le dijo que había ganado peso “aquí, aquí y aquí”.
“Simplemente pensé, ‘bueno, me he equivocado ahora’”, dijo Lenderyou, que en ese momento estaba entrenando sin descanso para las pruebas mundiales.
“Tuve bulimia toda la semana y no tenía nada de energía. La obsesión por la comida realmente te absorbe”.
En los centros de entrenamiento intensivo dirigidos por British Swimming, Lenderyou recordó que los jóvenes atletas estaban en la piscina durante cuatro horas, caminaban durante dos y se morían de hambre antes de los días de pesaje.
Dijo que una noche pusieron un pastel de chocolate en la mesa y los nadadores lo devoraron.
Luego, un entrenador les dijo que lo habían puesto allí como una prueba, y que habían fallado.
“Simplemente pensamos, ‘Oh, Dios mío, somos personas horribles’. Te consumía la culpa, sentías que si te comías una golosina, te impediría llegar a donde querías estar”.
Cambios para mejor
Lenderyou renunció en su segundo año en Plymouth, con “su salud mental arruinada debido a la constante decepción”.
Comenzó a nadar nuevamente cuando se mudó a Canadá y encontró un entrenador que la apoyaba.
Phoebe dijo que su nuevo entrenador fue la “gracia salvadora” y la ayudó a tener una actitud saludable hacia la comida.
“Era increíble, solo quería que yo fuera feliz“, dijo.
“La conversación sobre la comida fue realmente positiva, asegurándose de que estuviera bien alimentada y no cansada”.
Plymouth College dijo que no había recibido quejas sobre las prácticas de entrenamiento.
Y agregó que se tomaba la natación “extremadamente en serio” y que confiaba plenamente en el entrenamiento de Plymouth Leander.
Otros nadadores le dijeron a la BBC que la “obsesión” de sus entrenadores con el conteo de calorías los había dejado con una relación poco saludable con la comida.
Enfoque en el peso
Zara, que no quiere ser identificada con su nombre real por temor a las repercusiones, compitió a nivel nacional con un club del norte de Inglaterra.
En un viaje al extranjero perdió casi medio kilo en tres semanas porque tenía miedo de comer frente a su entrenador.
“El enfoque siempre estuvo en nuestro peso”, dijo.
“No teníamos un nutricionista ni nada, solo contábamos las calorías todo el tiempo”.
Cuando perdió casi 3,5 kg después de una gripe, fue elogiada por la drástica pérdida de peso.
“Muchos nadadores tenían hábitos anoréxicos y de atracones”, dijo.
“Algunas no tuvieron períodos durante un año porque perdieron mucho peso”.
Afirmó que los reprendían por nadar mal, lo que a menudo se debía a que estaban agotados por entrenar 20 horas a la semana con una dieta deficiente.
Zara estuvo a un paso de convertirse en una de las mejores nadadoras británicas, pero dejó el deporte debido al daño que le causó.
“Solía nadar en lágrimas”, contó.
“Cuando eres tan joven, no crees que haya nada de malo en eso. Luego comienzas a tener una voz a los 17, 18, y aprendes que estas cosas no están bien”.
Otra nadadora le dijo a la BBC que pensó que sus sueños se habían hecho realidad cuando se unió a un club de natación de renombre, pero terminó aterrorizada de comer algo “equivocado” y tenía miedo de su entrenador.
A Sophie, que no es su nombre real, se le ordenó asistir a sesiones adicionales para quemar grasa.
Y regularmente tenía ataques de pánico ante la posibilidad de quedarse dormida cuando la alarma sonara a las 05:00.
Entrenar con lesiones
Cuando se rompió las costillas en una caída, entrenó con dolor porque estaba demasiado asustada para decírselo a su entrenador.
Y cuando finalmente lo hizo, la mandaron a hacer ejercicio a una bicicleta estática para seguir “quemando grasa”.
Dijo que se había quedado con problemas de alimentación más de cuatro años después de dejar la natación.
“Me rompió el espíritu, rompió mis sueños. Hay una parte de mí que todavía está enfadada”, dijo.
“Incluso ahora, trato de ponerme un traje de baño y no puedo”.
Se está realizando una revisión sobre cómo se manejaron las quejas en Swim England a raíz de algunas investigaciones de alto perfil.
Después de la investigación de Ellesmere Titans, que descubrió que los nadadores habían sufrido trastornos alimentarios como resultado del régimen de pesaje público del club de niños de hasta 10 años, el organismo rector del deporte Swim England ha dicho que los nadadores menores de 18 años no deben pesarse a menos que vayan a presentarse a los Juegos Olímpicos o a los Juegos de la Commonwealth.
Graham, quien investigó algunas de estas denuncias y dirigió conferencias sobre el tema en la Universidad de Staffordshire, dijo que era vital que el deporte revisara sus métodos para asegurarse de que no dañara a los nadadores.
“A los atletas de élite se les dice ‘si pierdes una sesión, eres un fracasado, tienes que sacrificar todo para tener éxito’”, dijo.
“Pero este es un deporte de resistencia y… los adolescentes que nadan más de 16 horas a la semana ya están haciendo grandes sacrificios”.
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