La exacerbada inflación en el país, la más alta en 40 años, y los intentos de la Reserva Federal por frenar el vertiginoso incremento de precios no solo ha repercutido en el bolsillo de millones de estadounidenses, sino también en sus estados de ánimo.
La inflación interanual llegó a 8.2% en septiembre, de acuerdo con la oficina de Estadísticas Laborales, superando proyecciones del 8.1% de economistas y especialistas, luego de registrar 8.3% en agosto, 8.5% en julio y 9.1% en junio.
Además, el costo de vivienda aumentó 0.4% de agosto a septiembre. Los alimentos, en general, incrementaron 11.2%; los energéticos, como combustibles, aún se mantienen 18.2% más arriba que el año pasado y los servicios de energía en general aumentaron 19.8%.
Un informe de Mckinsey & Co. dice que el incremento constante en los ítems de consumo ha llevado a que millones de personas estén tomando medidas para conservar su efectivo. Las compras, que antes era una práctica en auge, poco a poco han estado yendo a la baja.
“Ya sea en los surtidores de gasolina o en las tiendas de comestibles, la gente de todo Estados Unidos ha estado sintiendo un pellizco en sus bolsillos este verano. La inflación es la más alta en décadas, los consumidores están preocupados y nerviosos”, dice el informe.
McKinsey dice que el 30% de los encuestados dicen que se sienten pesimistas y que es posible que nos dirijamos hacia una de las peores recesiones que hayamos visto.
Las compras se han complicado para muchas personas. Un informe de MarketWatch recopiló algunos testimonios de consumidores que dijeron que compran menos vegetales o los congela para obtener más por su dinero.
Tres cuartas partes de los consumidores dijeron que están en busca de algún tipo de oferta y el 60% estaba ajustando las cantidades que compraban. En tanto, el 44% de las personas dijeron a McKinsey que estaban retrasando las compras de artículos no esenciales, como ciertos comestibles, mejoras para el hogar, calzado y ropa.
El informe también halló que más del 37% de los encuestados estaban cambiando de minoristas por precios más bajos o descuentos. También están considerando precios más bajos de marcas genéricas con programas de “compre ahora y pague después”.
La inflación está llevando a que los consumidores planeen reducir las comidas fuera de casa, los viajes, los productos electrónicos, además de juguetes y juegos ya que están aprendiendo a vivir con la sensación de inseguridad que trae consigo el aumento de precios.
Aunado a esto, las próximas festividades, como el Thanksgiving, representan un esfuerzo extra para los estadounidenses ante el alza de precios en alimentos, uno de los ítems más golpeados de la lista.
Te puede interesar:
– Inflación: Cuáles fueron los productos y servicios que más subieron en el último mes en EE.UU.
– Aumento de COLA del Seguro Social 2023: ¿realmente alcanzará a cubrir la inflación del año que viene?
–Inflación: cuán cara será la cena de Thanksgiving este año en EE.UU.
