Silvia De la Torre Real, una joven madre de 29 años, cuyo sueño era convertirse en enfermera, fue asesinada por su esposo y padre de su única hija, quien tras darle dos disparos en la cabeza, se quitó la vida.
Ante la inesperada tragedia, su familia te suplica por tus donativos para llevar su cuerpo a sepultar a Guadalajara, México, donde ella nació; y apoyar a su hija Sadie de 13 años que le sobrevive.
Visita la página de GoFundMe para apoyar a la familia de la Silvia con los gastos funerarios:https://www.gofundme.com/f/zscv9e-funeral-services-for-silvia-delatorre
Reynalda De la Torre, hermana menor de Silvia y quien vivía con ella, dijo a La Opinión que su hermana fue asesinada el sábado 27 de agosto entre las 9 y 10 de la noche en su casa en Pasadena. El agresor fue Armando Garcia, de 37 años, nacido en Estados Unidos.
“Mi sobrina y yo nos fuimos a cenar con una amiga como a las 8:30 de la noche; y poco antes de que saliéramos, el esposo de mi hermana, llegó a la casa. Mi hermana y él estaban separados y en preparativos de divorcio”, dice Reynalda.
“En la casa vivíamos mi hermana, su hija y yo, pero mi cuñado buscaba cualquier motivo para acercarse. Ese día cuando llegó, dijo que iba a ir a pasear al perro al parque”.
Cerca de las 10 de la noche, Reynalda narra que su sobrina recibió un mensaje de texto de la aplicación Zelle que le avisaba que su papá le había depositado $2,200.
“Pensamos que le enviaba el dinero para no dárselo a su mamá. Antes de regresar a la casa como a las 10:10 de la noche, estuvimos mandando mensajes de texto a mi hermana, pero no contestó. Tampoco mi cuñado respondió”.
Cuando regresaron, se sorprendieron al ver la puerta del baño semiabierta, y que la perrita no ladrara como siempre lo hacía cuando llegaban.
“Mi sobrina dice que estaba metida debajo de la cama. Pensé que le había pasado algo a mi hermana, porque había tenido dos desmayos recientemente. Tenía mucho estrés. Estaba estudiando para enfermera, y luego el trabajo y el divorcio”.
Le dijo a su sobrina que esperara, que ella iba a ver qué había pasado, y cuando entró al baño vio a su hermana y a su cuñado, tirados en el piso y sangre regada.
“¡Solté una mala palabra! y saque rápido a mi sobrina y la metí dentro del carro. Volví a la casa, cerré con llave para que no pudiera entrar y llamé a la policía”.
La policía confirmaría más tarde que García le había dado dos balazos en la cabeza a Silvia, y luego se dio un tiro en la cabeza.
“La policía piensa que el arma que utilizó era ilegal. Yo nunca le vi un arma a mi cuñado”.
Silvia vino a Estados Unidos a los 14 años. Se casó muy joven con Armando y fue mamá a temprana edad.
“Ella trabajó como asistente de enfermera y estaba estudiando para enfermera. Ese era su sueño. Asistía a dos escuelas, y en una de ellas se graduaba en diciembre”, dice su hermana.
También hacía comida para llevar. Tenía un negocio al que le puso “Tu Chelada”.
Reynalda relata que ella llegó a vivir con su hermana y su sobrina en diciembre cuando todavía vivía con su esposo.
“Nunca lo vi ser violento con ella, ni ponerle una mano encima, ni aún cuando discutían, él no le levantaba la voz ni era agresivo. Yo lo consideraba una buena persona hasta el día que mató a mi hermana”.
Reynalda explica que para la separación de la pareja influyó que su hermana era una mujer con muchos deseos de superarse, mientras que su esposo quien trabajaba como jardinero, no tenía ese anhelo.
“Él se conformaba con sacar para la renta, mientras que mi hermana quería comerse el mundo y hacer muchas cosas”.
Pero de lo que sí está segura, es que su cuñado no quería el divorcio.
“Mi hermana le propuso recibir terapia de pareja, y él no quiso”.
Reynalda de 21 años, quien está buscando la custodia de su sobrina, dice que aún no puede creer lo que pasó.
“Mi hermana era una persona alegre. No tengo una sola imagen de ella enojada o de malas. Nunca tuvimos problemas. Le gustaba apoyar mucho a las mujeres”.
Reynalda aconseja a quienes enfrentan violencia doméstica, que se alejen y pidan ayuda de inmediato.
“Mi cuñado nunca demostró ninguna señal de alarma. Era muy atento. Pero estaba obsesionado con mi hermana. En julio fuimos a México, y sin invitación alguna, se apareció por allá. Pero jamás nos imaginamos que fuera capaz de matar a mi hermana y quitarse su propia vida. No pensó en su hija, a quien dejó sin nada”.
Armando García de Altadena estuvo casado 15 años con Silvia.
Debido a lo inesperado de su partida, la familia está pidiendo el apoyo de la comunidad para los gastos funerales y llevarla a sepultar a México.
“Pero también para ayudar a su hija, que ha quedado huérfana y sin ningún apoyo económico. Yo apenas voy a buscar trabajo”.
Visita la pagina de GoFundMe, Funerals for Silvia De la Torre.