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Estudio revela que trabajadores que sirven a desamparados enfrentan bajos salarios e inseguridad en la vivienda

Los trabajadores en primera línea del sector de respuesta a los desamparados en el condado de Los Ángeles, en su mayoría afroamericanos y latinos reciben salarios que no les alcanzan para vivir, lo que les crea estrés y hace difícil retener al personal.

Ese fue el principal hallazgo del nuevo reporte “Salarios dignos en el sector de respuesta para personas sin hogar del condado de Los Ángeles” realizado por la corporación no lucrativa RAND con el apoyo de Social Justice Partners Los Angeles.

Michael Centeno quien fue desamparado y ahora trabaja para ayudar a las personas sin hogar como manejador de casos en la organización Housing Works, sufre las presiones económicas que enfrentan los trabajadores que están al frente atendiendo las necesidades de la población desamparada.

“Aún con todo el progreso que he hecho, conseguir una vivienda accesible es mi más grande preocupación. Ganaba más de $700 para calificar para la Sección 8, así que tuve que conformarme con menos paga para seguir siendo elegible”.

Agrega que un salario digno le cambiaría la vida. 

“Podría darle un hogar a mi hija y no tendría que elegir entre pagar la factura del teléfono o el gas”.

En la actualidad, Centeno gana entre $41,000 y $42,000 por año.

Según el estudio, este pago es particularmente bajo para los trabajadores esenciales que pasan tiempo en la calle tratando de acercarse e involucrarse con las personas sin hogar; y les crea inseguridad en la vivienda y de salud. 

El resultado – establece – es una cultura de agotamiento y alta rotación que obstaculiza el progreso alcanzado con la expansión del financiamiento para viviendas y servicios durante la última década. 

El estudio también identificó barreras sistémicas para aumentar el salario de los trabajadores para las 8,000 personas que se estiman trabajan en más de 200 organizaciones en el sector de respuesta a la gente sin hogar de la región.

“Hemos invertido miles de millones de dólares en vivienda y servicios, pero si no invertimos en nuestra fuerza de trabajo, estamos perpetuando el problema  en sí”, dijo Christine Margiota, de Social Justice Partners LA.

Agregó que este revelador estudio es una oportunidad para poner los lugares de trabajo en alineación con sus valores, reconocer que las disparidades salariales son producto de siglos de explotación laboral, particularmente para los trabajadores afroamericanos y latinos, sobre cuyas espaldas descansa este trabajo.

“Debemos invertir en nuestra fuerza laboral y permitir que las personas que trabajan en el sector vivan con el nivel de bienestar que queremos para nuestra comunidad en general. La buena noticia es que hay arreglos que quienes financian pueden hacer de inmediato, comenzando por cambiar las estructuras de financiamiento que empeoran el problema”.

El estudio establece que un salario justo es definido como el ingreso mínimo que se necesita para calcular las necesidades básicas, incluyendo el alto costo de la vivienda en el condado de Los Ángeles.

Y encontró que en el condado de Los Ángeles, los trabajadores deberían ganar un salario base de $64,000 al año para pagar una casa de un dormitorio o $82,000 al año para una casa de dos dormitorios.

Detectó además que los trabajadores de alcance, los consejeros residenciales y los trabajadores sociales que manejan casos, son de los que menos ganan, con salarios que van entre los $40,000 y los $60,000, muy por debajo de un salario que alcance para vivir en Los Ángeles.

Organizaciones como Housing Works tiene una autoridad limitada para definir los salarios por la naturaleza restrictiva de los contratos del servicio público que tienen especificaciones detalladas como el número mínimo de clientes que pueden atender, un radio de casos o un pago medio por cama.

A más largo plazo, el informe sugiere que el salario no puede aumentar a menos que el gobierno y los filántropos se comprometan a proporcionar financiamientos que permitan establecer salarios más altos, incluida la asignación de dinero en subvenciones para cubrir los aumentos regulares del costo de vida de los trabajadores de primera línea.

“Housing Works ha estado haciendo sonar la alarma durante años en torno a que los trabajadores de primera línea en los servicios para personas sin hogar están batallando. Al mismo tiempo, el financiamiento para respaldar el costo real de este trabajo no es aceptable ya que la demanda de la fuerza laboral se ha triplicado, mientras que las tasas de reembolso se han atrasado y no respaldan el alcance del trabajo necesario para garantizar que las personas reciban un servicio adecuado”, dijo Celina Alvarez, directora ejecutiva de Housing Works.

Agregó que la mitad de su personal ha vivido la experiencia de la falta de vivienda o la inseguridad de un techo, y muchos viven en vecindarios que reflejan las condiciones que ven en el trabajo. 

“Algunos viven en viviendas de apoyo permanente, viviendas abarrotadas o viven de cheque en cheque”.

Margiotta añadió que los trabajadores sin fines de lucro no deberían tener que elegir entre cuidar de nosotros mismos y cuidar de nuestras comunidades.

“Este estudio arroja luz sobre las formas en que el gobierno y los donantes filantrópicos pueden crear las condiciones necesarias para que nuestra fuerza laboral y nuestras comunidades prosperen”.

El informe, “Salarios dignos en el sector de respuesta para personas sin hogar del condado de Los Ángeles”, está disponible en http://www.rand.org. El apoyo para el proyecto fue proporcionado por Social Justice Partners Los Angeles. Otros autores del informe son Lisa Abraham, Samantha Matthews y Alex Sizemore.

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