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Nunca es tarde: abuela de 86 años obtiene la Visa U por crimen sufrido hace una década

A sus 86 años, María de Jesús Gazca Calvillo obtuvo la Visa U, tras ser víctima de una agresión hace una década en el sur de Los Ángeles, que le provocó la pérdida del ojo izquierdo, y la reducción de la visibilidad en el ojo derecho.

La Visa U es entregada por el gobierno de Estados Unidos a las víctimas de crímenes que cooperan con las autoridades.

“La policía vino y detuvo a la vecina que me agredió. Estuvo en la cárcel por 4 días. A mí me llevaron en una ambulancia al hospital. Yo estaba con un ardor tremendo en los ojos. Lloraba a gritos”, recuerda María de Jesús.

María de Jesús Gazca, espera 32 años por un alivio migratorio, que nunca espero vendría de una agresión sufrida por una vecina. (Araceli Martínez/La Opinión)

El incidente ocurrió en 2002, cuando la octogenaria salió a la calle para ver por qué su hija Juana Guzmán estaba alegando con una vecina.

“Mi mamá dejó de cocinar para ir a ver qué pasaba. Pensaba que yo estaba peleando. De repente la vecina se me fue encima queriendo pegarme. Me rasguño la cara y se metió a su casa, pero regresó con una botella con pinol (limpiador y desinfectante) y nos bañó con el contenido. A mis sobrinos que traía de regreso de la escuela y a mí, nos cayó en el cuerpo, a mi mamá se le fue a los ojos”.

El reporte del médico oftalmólogo fue que el limpiador le había quemado los ojos por dentro, dice la hija.

María de Jesús nació en Huandacareo, un municipio al norte de Michoacán, México. En 1991 vino a Los Ángeles de manera indocumentada. Hizo el viaje para acompañar a su hija Juana Guzmán, quien a su vez venía a entregarle a su hermana radicada en Los Ángeles, los hijos que había dejado en México.

“Estaban dando muchos problemas y veníamos a dejárselos para que se hiciera cargo. Mi mamá que solo venía acompañándome, se terminó por quedarse aquí en Los Ángeles para ayudar a cuidar a los nietos y haciéndola de ama de llaves y de todo. Ella tuvo 13 hijos, le quedan 5 vivos”.

María de Jesús Gazca celebra con su hija Juana Guzmán, su cumpleaños número 86. (Araceli Martínez/La Opinión)

Para entonces María de Jesús ya era viuda, y tampoco tenía quien le hiciera compañía en México.

La octogenaria cuenta que ella era hija de un tablajero, quien le enseñó desde niña a sacrificar cerdos. “Yo también me hice tablajera. Solo la primera vez me dio miedo matar al cerdo, después se me hizo costumbre. Teníamos muchos cerdos; y al sacrificarlos, vendíamos la manteca”.

Después de la agresión y de que la vecina al salir de la cárcel se mudó del vecindario, todo volvió a la normalidad. Y la familia se olvidó del incidente, aún cuando esa fue la causa del deterioro de la vista de María de Jesús.

María de Jesús Gazca quiere morir siendo residente de EE UU. (Araceli Martínez/La Opinión)

Una década más tarde, uno de sus hijos miró en la televisión un caso similar al de su madre, en el que una persona obtuvo la Visa U y un camino a la residencia. Así que pensando que la autora de sus días, tal vez podría calificar para un alivio migratorio en base al crimen sufrido, el hijo le recomendó ver a un abogado de migración.

“Fuimos a ver a una abogada que sale mucho en la tele, pero nos cobraba mucho y cuando se dio cuenta que no teníamos tanto dinero, nos mandó con otra abogada que pedía menos, pero no sirvió de nada porque nunca contestó el teléfono. Cansados de la falta de acción, buscamos al abogado Sergio Siderman, que fue quien finalmente nos ayudó a obtener la Visa U”, relata Juana.

En 2014, María de Jesús obtuvo la certificación policial por el crimen del que fue víctima; y en 2017 obtuvo un permiso de trabajo.

Y agrega que la idea siempre fue regresar a México, pero cuando su mamá enfermó de los riñones y comenzó a recibir diálisis, descartaron esa opción.

“La razón por la que buscamos la Visa U, y por consiguiente la residencia, es para que ella tenga acceso a los servicios médicos; y en México no podemos pagar los servicios de diálisis”, dice su hija.

María de Jesús Gazca muestra su más reciente permiso de trabajo. (Cortesía Paulina Herrera)

María de Jesús, quien lleva 32 años viviendo en Los Ángeles, tiene sus propias razones para querer ser residente de Estados Unidos: “yo no venía por la residencia, venía a acompañar a mi hija a entregar a mis nietos a su hermana, pero ahora después de tantos años de vivir en este país, sí me gustaría morir como residente o ciudadana de Estados Unidos, porque trabajar ya no puedo. Ya me alcanzó la edad”.

La visa U fue creada por el Congreso en el año 2000 para motivar a los inmigrantes, víctimas de un crimen a colaborar con las agencias policiacas en las investigaciones y el procesamiento de crímenes sin el temor de ser deportadas.

El abogado Siderman dice que a partir de la solicitud de la visa U, se puede tomar de 3 a 5 años obtenerla; y aproximadamente entre el 84 y 88% consigue la aprobación.

Precisa que los beneficios de la visa U incluyen freno a la deportación, perdón por estadía prolongada, perdón por entrada ilegal, expedición de permiso de trabajo y eventualmente la residencia permanente con vías a la ciudadanía.

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