Foto:
Nancy Cruz / Impremedia
En la Catedral de Los Ángeles, agricultores y líderes comunitarios se unieron a la familia del finado líder César E. Chávez para ofrecer una misa en honor al luchador social a casi 30 años de su partida.
La ceremonia religiosa que se celebra cada año desde el 2002, mantiene vivo el legado y la lucha por la justicia y dignidad de los campesinos por parte de uno de los más grandes activistas que ha tenido la comunidad latina en Estados Unidos.
El arzobispo José H. Gómez, quien ofició la misa en español, dijo en la homilía que “Cesar Chávez una vez dijo: ‘hay tres elementos de mi fe: Dios, yo, y mis vecinos. Cristo de verdad nos enseñó a salir y hacer algo por los demás. Vestir al que no tiene ropa, alimentar al hambriento, dar agua al que tiene sed’. Es algo muy sencillo y eso es lo que tenemos que hacer. Tenemos que dar contenido a nuestra fe con hechos”.
Fue a través de estos elementos que Chávez inculcó a sus seguidores hacer uso de tácticas pacíficas, las cuales siempre priorizó y creía serían efectivas en otorgarles las condiciones de trabajo que tanto necesitaban.
Inspirado también por los conceptos e ideas del líder pacifista de la India, Mahatma Gandhi, Chávez realizó varias huelgas de hambre con lo que originó que los campesinos pudieran organizarse y tener mejores derechos laborales.
El líder de los derechos civiles encabezó procesiones públicas con una visión que combinaba las ideas humanitarias con las enseñanzas y el simbolismo de su religión.
Este año marca el aniversario 58 de una de sus primeras huelgas de hambre donde Chávez estuvo en ayuno durante 24 días; el objetivo era concientizar a los rancheros de la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo de los campesinos.
La lucha, su legado
Durante la misa del domingo, cincuenta trabajadores miembros de UFW participaron en la procesión por el pasillo central de la Catedral para iniciar la ceremonia.
Paul F. Chávez, hijo del líder y presidente de la fundación que lleva el nombre de su padre, habló al terminar la misa y compartió su apoyo a los inmigrantes.
Paul recordó las palabras que su padre había mencionado a la muerte del campesino Rufino Contreras, un trabajador de 28 años que fue asesinado en 1979 por unos pistoleros de los dueños de los campos donde trabajaba en el valle del Imperial.
“La riqueza verdadera no se mide con dinero, estatus, y poder. Se mide en el legado que dejamos a quienes amamos y quienes inspiramos”.
Paul explicó que su padre le dio esperanza y confianza a la gente de luchar por una sociedad más justa.
El recuerdo de César Chávez continúa inspirando a miles de personas a seguir su legado y luchar en contra de las injusticias, en busca de la igualdad y el respeto que tanto se merecen, agregó Paul.
“El hecho de que a 30 años de fallecido –mi padre- haya gente que lo acuerde y gente que todavía está dedicada a su lucha es algo importante”, explicó.
“Cada vez que se levanta una bandera en una protesta, mi papá vive de una manera muy positiva”.
Huelga de la uva
César Chávez fundó la Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas (NFWA) junto con la activista y líder social Dolores Huerta. Tras la fusión con el Comité Organizador de Trabajadores Agrícolas (AWOC) este finalmente se convirtió en el sindicato Trabajadores Agrícolas Unidos (UFW) en 1962.
Pero el 8 de septiembre de 1965, dirigidos por Larry Itliong, más de 800 trabajadores agrícolas filipinos afiliados con AWOC salieron a huelga en contra de la explotación de los productores de uva en Délano, California. Fue entonces que Chávez junto con la NFWA decidió unirse al movimiento para dar inicio a lo que se conoce como, La huelga de la uva de Délano.
La implementación de boicots revolucionó el movimiento laboral agrícola en Estados Unidos, ya que se estableció una alianza entre los trabajadores filipinos y mexicanos con la meta de crear un sindicato, el cual sigue operando hasta el día de hoy.
“Estoy convencido de que el verdadero acto de valentía, el acto más fuerte de hombría, es sacrificarnos por los demás en una lucha totalmente no violenta por la justicia”, declaró Chávez, en un discurso leído en su nombre cuando finalizó su primera huelga de hambre.
Chávez, quien habría celebrado su cumpleaños 96 el 31 de marzo, falleció a los 66 años de edad el 23 de abril de 1993, de muerte natural.
Más retos
De acuerdo a algunos campesinos, la pandemia de Covid-19 empeoró las condiciones de vivienda de los trabajadores y las recientes tormentas han causado inundaciones y muchas tragedias entre la comunidad agrícola.
Alicia Padilla, ex-trabajadora agrícola por 17 años, dijo que la gente viene a Estados Unidos a trabajar, a conseguir el pan de cada día para llevar a sus familias.
“Yo solo pedí que fueran justos con los trabajadores y que no abusaran de la gente que no tiene documentos. Que tengan compasión”, dijo Padilla.