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En medio de la guerra en Ucrania y las constantes tensiones internacionales, el gobierno de China adelantó que incrementará de nueva cuenta su presupuesto militar en el presente año.
Wang Chao, el portavoz de la Asamblea Popular Nacional, el órgano legislativo de China, se dirigió a los medios de comunicación en vísperas de su reunión anual y adelantó que el incremento en el presupuesto militar continuará con la tendencia alcista presentada en los últimos tres años.
De acuerdo con The Guardian, Wang no dijo en cuánto aumentaría el presupuesto, pero aseveró que era “apropiado y razonable” y que era necesario para que China hiciera frente a los complejos desafíos de seguridad y para “cumplir con sus responsabilidades como país importante”.
“La modernización del ejército chino no supondrá una amenaza para ningún país”, afirmó Wang. “Al contrario, sólo será una fuerza positiva para salvaguardar la estabilidad regional y la paz mundial”, agregó el portavoz chino.
Wang Chao declaró que el aumento del presupuesto de defensa en proporción al PIB había sido moderado y por debajo de la media mundial. El presupuesto de 1.45 billones de yuanes ($190,000 millones de libras esterlinas) del año pasado supuso un aumento del 7.1% y siguió a un aumento del 6.8% en 2021 y del 6.6% en 2020.
El ejército chino bajo el liderazgo de Xi Jinping
Bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, China ha seguido ampliando y revisando significativamente su ejército. Actualmente cuenta con la mayor infantería y la mayor armada del mundo, y sigue aumentando su arsenal de misiles, buques de guerra, submarinos y aviones, incluidos bombarderos con capacidad nuclear y cazas furtivos.
Bajo el liderazgo de Xi, el ejército chino ha recibido el encargo de prepararse para una posible guerra, probablemente por Taiwán, que según Xi es una provincia de China que debe ser “reunificada”, a pesar de la abrumadora oposición de su gobierno y su pueblo.
Una de las recientes demostraciones de fuerza más significativas de China tuvo lugar en agosto, cuando se realizaron importantes simulacros con fuego real alrededor de la isla principal de Taiwán en represalia por una visita a Taipei de la entonces presidenta de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
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