Sharon Cedeño, Alto de Cuba, Puerto Rico
Tras el paso del huracán María en septiembre del 2017, el suministro de electricidad en Puerto Rico no ha vuelto a ser el mismo, y la comunidad de Alto de Cuba en Adjuntas no es la excepción. Sharon Cedeño (42), una activa líder comunitaria, es propietaria del colmado de la pequeña comunidad habitada por 39 familias. Cansada de los constantes cortes de energía, el pasado agosto Sharon se unió a los esfuerzos de la fundación Casa Pueblo para transicionar su propiedad a paneles solares y dejar atrás a los poco fiables combustibles fósiles.
Después de un corto proceso de implementación, el colmado de Sharon se convirtió en la primera residencia en adaptarse a la energía solar, el primer paso en el proyecto de Casa Pueblo que pretende convertir a Alto de Cuba en una comunidad 100% solar. “El proceso fue corto, para febrero ya teníamos paneles solares. Desde entonces se ha ido la luz cuatro veces en la comunidad, pero yo no me doy cuenta hasta que mis vecinos vienen a tocarme la puerta para guardar sus medicamentos en nuestras neveras. Nuestros paneles solares nunca han dejado de funcionar”, aseguró.
Hoy, esta líder comunitaria se declara una fanática de la energía solar y los maravillosos recursos que sobran en la Isla. “A quiénes están pensando en transicionar a la energía solar les digo que no pierdan la oportunidad y le echen ganas. ¡Empujamos más trabajando juntos! Seamos perseverantes y no aceptemos un no por respuesta”, enfatizó.
Jonny Valdovinos, Riverside, California
El año pasado, el nativo angelino y residente del condado de Riverside, Jonathan Valdovinos (31), cumplió su meta de convertirse en el propietario de su vivienda. Sin embargo, Valdovinos, quien trabaja brindando soporte técnico para sistemas de seguridad para empresas a gran escala, pronto se cansó de las exorbitantes facturas de electricidad que pagaba cada mes y decidió tomar control de sus finanzas instalando paneles solares en su propiedad.
“Decidí cambiarme a la energía solar porque era la opción más barata para mí a largo plazo. Durante los meses de verano mi factura de electricidad llegaba a casi 500 dólares. Era demasiado”, compartió. Después de pasar el proceso de aprobación, Valdovinos está seguro que verá los mayores beneficios este verano, reduciendo su factura de electricidad a la mitad y produciendo un flujo positivo de energía durante el invierno.
Valdovinos invita a todos los que estén considerando cambiarse a la energía solar a dar el salto. “Les diría que lo hagan. Ustedes también podrían estar ahorrando mucho dinero cada mes”.
Allan Rodriguez, Dalton, Georgia
Alan Rodriguez Rojas (30) llegó a Dalton, Georgia, a los 13 años, un largo camino desde su natal Guanajuato, México. Su vida y carrera profesional han estado marcadas por su determinación para superar barreras y salir adelante. Primero como un adolescente en un país y escuela nuevos, sin saber el idioma, hasta ahora, en su actual trabajo en Q-Cells, un fabricante de celdas fotovoltaicas, esenciales para el uso de paneles solares.
Después de graduarse de Dalton State College, Alan empezó a trabajar en una fábrica de alfombras, y aunque ese trabajo era útil, sentía que algo le faltaba. En 2019 eso cambió, cuando entró a trabajar a Q-Cells, donde partió como técnico de proceso. Desde entonces lo han promovido en tres ocasiones y ahora es supervisor general de procesos y su trabajo consiste en encargarse que los supervisores y empleados en su departamento se aseguren que las 36 máquinas en su departamento funcionen bien.
“Trabajar en energía limpia y renovable me da un propósito. Cuando comencé a trabajar en Q-Cells no fue fácil, empezar algo nuevo nunca lo es, pero con el tiempo aprendimos a mejorar el producto, hacerlo eficiente y yo sé que con mi trabajo, más gente querrá usar paneles solares y eso es bueno para todos”, aseguró. “Quiero agregar mi granito de arena para vivir en un mundo más sustentable y mejor”.
Alan es padre de dos niños de 8 y 6 años y cuando piensa en su futuro, ve las oportunidades. “Quiero seguir trabajando en energía limpia, la compañía se va a expandir y habrá más demanda. Eso me permite ver un futuro estable para mi y mi familia”, enfatizó.
La Familia Madrid, Los Ángeles, California
Hijo de padres mexicanos, Jorge Madrid (40) nació y creció en el este de Los Ángeles, justo al lado de las grandes autopistas. De niño, los altos niveles de contaminación vehicular en su comunidad lo llevaron a desarrollar asma, y observó directamente cómo la injusticia ambiental y la falta de inversión en comunidades de color como la suya iban de la mano con menos oportunidades laborales y educativas.
En 2008, Madrid comenzó a trabajar en políticas de energía limpia, impulsado siempre por su interés de crear oportunidades económicas para la comunidad latina que fueran ligadas a un medio ambiente más limpio. Sin embargo, 10 años después, como padre de familia, el motor detrás de su lucha creció cuando su hijo mayor fue diagnosticado de asma. “Quiero que mis hijos crezcan en un mundo donde el acceso a comunidades más saludables, limpias, prósperas y vecindarios habitables sea para todos. Fue precisamente este deseo de no contribuir a más contaminación, tanto en nuestra casa como en la comunidad, lo que nos llevó a cambiar nuestro automóvil de gas por un automóvil eléctrico usado”, explicó.
Siete meses después de dar el salto al vehículo eléctrico, la familia Madrid no podría estar más feliz: “Ya no nos estresamos en la bomba, ni tenemos que conducir para encontrar los precios de gasolina más baratos. Manejar un automóvil eléctrico ha sido una experiencia positiva, ya que hasta se conducen más suavemente y no hacen mucho ruido”.
Hoy, Jorge continúa luchando para alcanzar una revolución de energía limpia para todas las comunidades. “Mi sueño es ver a los latinos con acceso a todos estos beneficios que se están creando a nivel federal, y que los legisladores den prioridad a nuestras comunidades. Nosotros hacemos que la economía funcione, así que también merecemos acceso a los beneficios”, aseguró.