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Lejos de desaparecer, la guerra de declaraciones y acusaciones en torno a la producción y tráfico de fentanilo va en aumento entre las tres naciones involucradas: Estados Unidos, México y China.
En esta ocasión fue el secretario de Estado Antony Blinken, quien acusó a la nación asiática de permitir el envío de precursores químicos a México que son utilizados para fabricar la poderosa droga que se trafica a territorio estadounidense.
Dicha acusación se dio durante una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, en donde aseguró que el gobierno chino no está “cooperando de forma genuina” con Washington para frenar el narcotráfico, pero enfatizó que seguirán presionando para que cambie de postura.
“China tendrá que decidir si quiere responder a esta demanda o si va a seguir permitiendo de una forma u otra el desvío de estos precursores químicos”, dijo el líder de la diplomacia estadounidense, según reveló EFE.
Para dimensionar el problema que provoca esta droga más potente y adictiva que la cocaína, el secretario de Estado detalló que Estados Unidos incautó el año pasado suficiente fentanilo como para matar a toda su población, y que el 90% de la droga entra al país escondida a través de los puentes fronterizos oficiales.
Estas cifras hablan de la urgente necesidad de una colaboración con México para evitar el tráfico de fentanilo a través de la frontera, por lo que Blinken calificó al vecino país como “un socio vital y necesario” en la lucha contra el narcotráfico. Aunque destacó que México decomisó el año pasado “cantidades récord” de fentanilo, insistió en que “claramente se necesitan más esfuerzos y recursos”.
Cabe señalar que estas declaraciones se dan luego de las que realizó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que busca un acuerdo con China para intercambiar información sobre el tráfico ilegal de fentanilo que llega de Asia al país y después a Estados Unidos.
En tanto, la respuesta del gigante asiático ha sido negar cualquier responsabilidad en la crisis por consumo de opioides, asegurando que este es un problema de consumo de Estados Unidos.
“Estados Unidos debe afrontar sus propios problemas”, fue como respondió el gobierno de China a una carta en la que el mandatario mexicano le pedía ayuda para combatir el tráfico de fentanilo.
Todo esto ocurre ante los crecientes cuestionamientos a México de políticos estadounidenses, en particular de legisladores republicanos, quienes piden declarar la guerra a los cárteles mexicanos y designarlos como terroristas.
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