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La jueza Aileen Cannon, está siendo reprendida por el maestro especial que ella designó, a petición de Donald Trump, para revisar los documentos hallados tras el allanamiento en Mar-a-Lago.
Ahora, el juez principal Raymond Dearie de Brooklyn, quien desempeña esa tarea, se ha pronunciado contra Cannon por una decisión que paraliza una función clave del trabajo que ella le asignó, según un archivo publicado por Just Security.
El maestro especial está en desacuerdo con que ella rescinda su autoridad para emitir informes provisionales mientras realiza su revisión, e indica que su razonamiento para esto no tiene sentido.
“En la orden de nombramiento original, el Tribunal ordenó que ‘el Auxiliar Especial deberá presentar informes y recomendaciones provisionales según corresponda. Una vez recibidos y resueltos los informes y recomendaciones provisionales, el Tribunal considerará los ajustes oportunos a las órdenes del Tribunal según sea necesario’”, dijo en la presentación.
“Sin embargo, el Tribunal luego eliminó ese lenguaje como parte de su orden implementando un fallo no relacionado del Undécimo Circuito. Dado que el lenguaje citado anteriormente en cuanto a informes provisionales y ajustes a órdenes anteriores es consistente con el fallo del Undécimo Circuito y la administración eficiente del Orden de designación enmendada, el abajo firmante recomienda respetuosamente que el Tribunal emita una orden que restablezca ese lenguaje”, agregó.
Esto ocurre luego de que un panel de tres jueces del Undécimo Circuito, dos de los cuales también fueron designados por el expresidente, revocara la parte de la orden de Cannon que bloqueaba el acceso del Departamento de Justicia a los documentos que estaban marcados como clasificados.
La revisión maestra especial seguirá para los documentos no clasificados.
Trump creía que Dearie, quien se desempeñó anteriormente en el tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA), automáticamente vería al FBI y al Departamento de Justicia como corruptos y simpatizaría con él.
No obstante, hasta el momento, no ha sido lo que él había esperado, pues en la primera audiencia presionó agresivamente al equipo legal de Trump para que tomara una posición sobre las reiteradas afirmaciones del expresidente de que puede desclasificar documentos de alto secreto sin decírselo a nadie.
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