Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han sido claros: sí, se puede recibir una vacuna contra la influenza al mismo tiempo que una vacuna contra COVID-19, incluidos los refuerzos.
Frente a una temporada de gripe que esperan sea intensa en el hemisferio, los epidemiológicos sugieren que éste es el momento para hacer una cita. Y, de acuerdo al propio calendario de vacunas contra COVID, aprovechar para recibir dosis regulares o refuerzos, incluido el nuevo, bivalente, que ataca a las variantes BA.4 y BA.5 que están circulando.
Los CDC agregan que “si bien existen datos limitados sobre la administración de las vacunas para COVID-19 con otras vacunas, incluidas las de la gripe, la experiencia con la administración de otras vacunas juntas ha demostrado que la forma en que nuestros cuerpos desarrollan protección y los posibles efectos secundarios son generalmente similares, ya sea que las vacunas se administren solas o junto con otras”.
Aseguran que la decisión de recibir las vacunas al mismo tiempo o cerca en el tiempo no aumenta de manera significativa el riesgo de sufrir más efectos secundarios en la vida real.
¿Por qué recibir el nuevo refuerzo contra COVID?
Aunque en la vida cotidiana hay menos restricciones y ya no se ven a muchas personas con máscaras, la pandemia de COVID-19 no ha terminado. En los Estados Unidos aun hay un promedio de 83,000 casos diarios, unas 5,000 hospitalizaciones y unas 400 muertes al día.
No hay que bajar los brazos.
Todas las personas de 12 años y más pueden recibir la dosis de Pfizer. Todas las personas de 18 años y más pueden recibir la dosis de Moderna.
Las personas que reciban los nuevos refuerzos tienen que haber recibido previamente las primeras dosis de vacunas. Y también pueden volver a vacunarse aquellos que tengan las primeras dosis y los refuerzos posteriores.
No pueden recibir los refuerzos aquellos que nunca se hayan vacunado.
¿Por qué vacunarse contra la gripe o influenza?
La vacuna contra la gripe puede prevenir la infección o, eventualmente, si la persona vacunada se infecta, la inmunización la puede ayudar a tener síntomas más leves y eliminar el virus del cuerpo más rápido. Y, por supuesto, evitar el hospital.
Cualquiera puede contraer la influenza (incluso las personas sanas) y los problemas de salud graves a causa de la gripe pueden surgir a cualquier edad. Sin embargo, los CDC indican que algunas personas tienen alto riesgo de presentar complicaciones graves relacionadas con la influenza si se infectan con el virus.
Esto incluye a las personas de 65 años en adelante, personas de cualquier edad con ciertas afecciones crónicas (como asma, diabetes o cardiopatías), las mujeres embarazadas y los niños menores de 5 años, pero especialmente los que tienen menos de 2.
La mayoría de las personas que contraen la influenza se recuperarán en un período que va desde unos pocos días hasta menos de dos semanas, pero algunas pueden desarrollar complicaciones (la neumonía es un ejemplo) como consecuencia de la influenza, algunas de las cuales pueden poner en riesgo la vida y causar la muerte.
Las infecciones sinusales y del oído son ejemplos de las complicaciones moderadas de la influenza, mientras que la neumonía es una complicación grave.
Otras posibles complicaciones graves desencadenadas por la influenza pueden ser la inflamación del tejido que rodea el corazón (miocarditis), el tejido cerebral (encefalitis) o el tejido muscular (miositis), y la insuficiencia multiorgánica (insuficiencia renal y respratoria).
La infección de las vías respiratorias por el virus de la influenza puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo y puede derivar en una sepsis, una infección generalizada.
Prevención de la gripe y de COVID
La mejor forma de prevenir ambas infecciones es vacunándose. La influenza es una afección estacional y el virus que la provoca cambia constantemente, por eso los científicos tienen que reformular la vacuna para que vuelva a ser efectiva cada año.
Y los investigadores aseguran que eso es lo que está pasando con COVID. Es altamente probable que las personas deban vacunarse contra el coronavirus también cada año, ya que los científicos deberán reformular las vacunas para atacar las nuevas mutaciones del coronavirus, como de hecho ya comenzó a hacerse con el último refuerzo.
Un estudio en curso de la Universidad de Duke, los CDC, la Universidad Johns Hopkins y el Hospital Infantil de Cincinnati están estudiando en profundidad los efectos secundarios de vacunas en 450 pacientes.
Fuentes: CDC, NIH.