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Regresa la tormenta y también el caos en el sur de California

Angélica Barba, Lissette Martínez, Cassandra Williams y la pequeña Leilani cruzan una calle en medio del agua anegada.
Angélica Barba, Lissette Martínez, Cassandra Williams y la pequeña Leilani cruzan una calle en medio del agua anegada.

Foto:
Jorge Luis Macías / Impremedia

Nuevas tormentas desquiciaron la vida a millones de personas en el sur de California, al grado de que la alcaldesa Karen Bass declaró el miércoles estado de emergencia para la ciudad de Los Ángeles.

La declaración entró en vigor de inmediato, en vista de los intensos chubascos que trajeron más caos vial en las calles, en autopistas resbaladizas y peligrosas para los conductores y fuertes vientos en el Valle del Antílope.

La declaración ordena a la Organización de Operaciones de Emergencia adoptar las medidas necesarias para proteger la vida y los hogares de las personas, y solicita al gobernador Gavin Newsom que dispense las regulaciones para ayudar en los esfuerzos de respuesta y recuperación por los daños ocasionados por las lluvias.

Bass también pidió fondos de la Ley de California de Asistencia por Desastre para que se agilice el acceso de la ciudad a otros programas y recursos de auxilio en el estado.

Juan Hernández Martínez vendió muy poco el día de ayer.

Mientras tanto, el socavón que se formó a inicios de semana en el área de Chatsworth donde cayeron dos automóviles,  había crecido a unos 45 pies de profundidad.

El ayuntamiento aprobó el martes medio millón de dólares en fondos de emergencia para las reparaciones. Otros 450 mil dólares fueron aprobados para las reparaciones en Mulholland Drive, entre Summit Circle y Bowmont Drive.

La región -y todo el estado- han estado siendo azotados por una serie de ríos atmosféricos y las precipitaciones pluviales han contribuido para que el embalse de Hollywood haya registrado casi seis pulgadas de lluvia hace cinco días.

La Patrulla de Carreteras de California (CHP) registraba decenas de choques automovilísticos, algunos con lesionados y carreteras inundadas, mientras que en Agoura Hills, todos los carriles de Piuma Road quedaron bloqueados al norte de la autopista 5 en Castaic, debido a un desprendimiento de rocas. Reabrieron a eso de las 10:40 de la mañana.

La lluvia no impidió la socialización en las calles de Long Beach.

“Pusimos barreras de protección donde sucedió el deslizamiento de tierra”, dijo a La Opinión  Kim Medina, portavoz del Departamento de Transporte de California (CALTRANS).

“También instalamos señalamientos electrónicos, al menos cuatro millas antes de que los automovilistas llegaran a Templin Highway”. Al cierre de edición, solo dos de los cuatro carriles estaban abiertos al tráfico de vehículos.

Medina añadió que cuadrillas de trabajadores también fueron enviadas a realizar labores de limpieza sobre la autopista 126 en el condado de Ventura -entre Filmore y Moorpark- ,  donde hubo otro desprendimiento de lodo.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Oxnard informó que la serie de tormentas afectarán al sur de California hasta el martes, con vientos de 25 a 45 millas por hora, caída de nieve entre ocho y 16 pulgadas en las zonas montañosas con una elevación de 6,500 pies, y fuerte oleaje en las playas.

A pesar de la lluvia, algunos vendedores le hicieron frente al mal tiempo y salieron a vender.

El sábado también se reportaron inundaciones en la comunidad de la Península de Long Beach donde las fuertes lluvias afectaron varias residencias a lo largo de la calle 67th Place. Y un poco más lejos al noroeste, todos los carriles de la autopista Long Beach (710) se inundaron entre calles Anaheim y Willow.

El NWS pronosticó que la lluvia caería a un ritmo de casi media pulgada por hora.

“Con estas tasas, los impactos serán ligeramente mayores de lo que ocurre normalmente con una tormenta de esta magnitud. El suelo todavía está bastante saturado por la lluvia anterior…, y puede haber pequeños deslizamientos de lodo en las faldas de las montañas y las típicas inundaciones de caminos menores”, agregó el personal de NWS.

Mireya Mendoza, una cosmetóloga de Long Beach que platicaba en la calle y en medio del diluvio con su amiga Novi Meha, de Cambodia,  dijo que la gente tiene que ser consciente de que no se puede manejar de prisa en las carreteras y la situación es demasiado peligrosa para todos.

“El agua es necesaria para todos”, agregó la mujer originaria de Michoacán, México. “Lo único que me da tristeza es ver mojados a los homeless (desamparados) en las calles”.

Por su parte, el guerrerense Juan Hernández Martínez, de 28 años, se refugiaba de la lluvia bajo el techo de su camioneta.

El humilde vendedor de flores expresó a La Opinión que, como el día estaba “malo”, desde las 8:00 de la mañana y hasta las 12:30 del mediodía, solamente había vendido dos ramos de flores de $10 cada uno.

“De los $20, a mí me toca la mitad de lo que vendo, de modo que, si nadie se para a comprar, mi jornada de trabajo saldrá en apenas $10.00”.

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