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Debido a que la economía estadounidense a traviesa por un momento delicado, con la inflación todavía muy por encima del objetivo planteado por la Reserva Federal, para cientos de miles de estadounidenses alimentar a una mascota y cubrir varias de sus necesidades se está convirtiendo en una carga difícil de sobrellevar.
Y es de acuerdo con información dada a conocer por NielsenIQ, tan sólo el año pasado, varios de los productos para mascotas experimentaron aumentos de hasta dos dígitos.
Entre los artículos que subieron de precio hasta en 20% figuran alimentos para mascotas, arena para gatos y artículos destinados para el cuidado de aves.
Al respecto, las compañías fabricantes de dichos productos, justificaron el ajuste de precios con el incremento que sufrieron los costos de los insumos e ingredientes necesarios para fabricarlos.
A diferencia de otros años, cuando los propietarios de las mascotas hacían todo lo posible por brindarles lo necesario para mantenerlas bien alimentados y sanas, ante la falta de recursos económicos las están abandonándolos en refugios, pues no logran hacerles frente a los gastos en sus hogares.
En este sentido, cuando un propietario tiende a reubicar a su mascota en un refugio, erróneamente llega a pensar que allí tendrá garantizada su alimentación.
No obstante, desde el año pasado se ha incrementado el número de perros y gatos que cada día son abandonados a las puertas de sitios también afectados por la inflación y la falta de recursos para mantener vivos a estos animales.
El hecho de que el costo de vida de las personas ahora resulte mayor, así como el pago de los servicios energéticos y de los alimentos, también está elevando el número de casos de “eutanasia económica”, es decir cuando los animales son sacrificados humanamente debido a razones financieras.
Por fortuna, todavía existe un rasgo de humanidad en algunos dueños de mascotas afectados en sus finanzas, pues lejos de abandonar a su suerte a los animalitos que previamente eligieron para que les hicieran compañía, prefieren reajustar su presupuesto adquiriendo productos de consumo más baratos con el objetivo de que en el hogar todos eviten quedarse sin comer.
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