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‘Nunca olvidaremos’ el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001

Este año autoridades civiles, políticas, ciudadanos, policías y bomberos de numerosas ciudades del sur de California participaron en la ceremonia anual de conmemoración de los ataques ocurridos el 11 de septiembre de 2001.

Con dolor, tristeza y llanto, pero también con firmeza, todos recordaron la dedicación en el servicio y la fortaleza de quienes respondieron a los trágicos eventos que arrebataron la vida a 2,753 personas.

“Venimos a recordar que la libertad no es gratuita; eso tenemos que recordarlo siempre”, dijo a La Opinión, Tony Ding, alcalde de la ciudad de Sur San Gabriel, donde el cuerpo de bomberos de la estación colocó 385 banderas de Estados Unidos en el jardín frontal, frente a un monumento en honor a los caídos y un ramo de flores.

“Estados Unidos es una buena tierra para todos nosotros y no queremos que este tipo de cosas vuelvan a suceder”, declaró.

John y Denise Menchaca. La hermana de él fue una de las víctimas mortales del vuelo 77 de American Airlines, el 9/11/2001.

Han pasado 21 años de aquella mañana que sacudió a Estados Unidos y al mundo entero.

Cuatro vuelos: dos de American Airlines y dos de United Airlines fueron secuestrados por terroristas de Al Qaeda. El curso de vuelo de las aeronaves fue desviado porque estaban destinadas a impactar sitios estratégicos de Estados Unidos.

A las 5:46 de la mañana del 9/11/2001, hora de Nueva York, la Torre Norte del World Trade Center recibió el primer impacto. Uno de los peores ataques en la historia contra Estados Unidos se repetía, igual que aconteció durante la Segunda Guerra Mundial, por parte del ataque japonés a Pearl Harbor.

“Aquellos héroes nuestros que murieron, eran bomberos y oficiales de policía como nosotros que venimos a trabajar este día”, dijo Stephen Wallace, jefe de bomberos de esa ciudad “Recuerdo que aquel día nos preparábamos para ir a casa cuando sucedió este ataque”.

Wallace subrayó que sus colegas de Nueva York respondieron al llamado de emergencia, tal como ellos lo hacen cada vez que suena el timbre.

Miembros del Departamento de Bomberos de San Gabriel rinden tributo a las víctimas de los ataques terroristas del 9/11.

“Ellos fueron y respondieron como lo harían todos los días y como lo hacemos nosotros”, agregó. “Cada vez que suena el timbre aquí, salimos. Es la dedicación y la vocación donde nos pondremos en peligro por el bien de los demás, y para tratar de salvar y hacer el bien a tantas personas como podamos”.

Pero el jefe de bomberos dijo que salvar vidas no es algo que piensan, sino algo que hacen a diario.

De aquellos aviones, dos colisionaron directamente en las Torres Gemelas. Otro impactó un edificio del Pentágono y el cuarto, previsto para chocar con el edificio del Capitolio, cayó en la base Shanklsville de Pensilvania.

Servicio a la nación

“Nunca olvidaremos”, dijo Michel More, jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, durante el evento celebrado en el Centro de Conmemoración Formativo del Departamento de Bomberos (LAFD) de la ciudad, en Elysian Park. “Hoy [9/11] es un día para honrar, reflexionar y reafirmar nuestro compromiso de servicio a la nación”.

Isabel González, residente del sur de San Gabriel.

Allí mismo, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti destacó que muchos quedaron marcados para siempre por el 9/11, en  “uno de los días más oscuros para nuestra nación”.

No obstante, durante el acto solemne consideró que esa fecha también se ha convertido en un día de esperanza cada año.

“La historia había cambiado; todos cambiamos; vimos el humo [que salía de las torres] y sentimos miedo…la confusión se dispersó por todo el mundo y cuando comprendimos [lo que había sucedido] vino otra vez el miedo, la rabia y más confusión”.

En aquella trágica fecha, un total de 300 bomberos y 85 policías fallecieron durante la tragedia. Siete resultaron heridos y fueron transportados a hospitales, y 10 fueron rescatados con vida.

Los 92 pasajeros del Boeing 767 de American Airlines que impacto la Torre Norte también murieron. 11 de ellos eran de la tripulación. De igual manera sucumbieron los 65 pasajeros del vuelo 175 de United Airlines que se estrelló contra la Torre Sur. Nueve personas eran parte de la tripulación.

Y con esos recuerdos a flor de piel, a un costado de un camión de bomberos se notaban lágrimas en el rostro de Isabel González, una mujer méxico-americana residente de Sur San Gabriel.

“Vi el horror aquel día y también pensé en el dolor de las familias que perdieron a un ser querido”, declaró la mujer a La Opinión. “Lloro porque sé que ese dolor, aunque pasen los años nunca va a desaparecer”.

Coincidieron con ella María García, quien acudió al evento en su silla de ruedas.

“Fue muy triste lo que pasó”, dijo la señora García. “Y creo que 21 años después hay más seguridad para todos contra el terrorismo, y nos cuidamos unos a otros”.

Por su parte, Earl Ofari Hutchinson, un líder de derechos civiles, comentó a La Opinión que él siempre ha dicho que “debemos combatir a los terroristas, no a los musulmanes”.

“Hacer chivos expiatorios y pintar a todos los musulmanes con la brocha gorda del terrorismo es peligroso, dañino y vergonzoso, de ninguna manera contrarresta el terrorismo. En todo caso, esto alimenta e inflama el terrorismo”.

Dolor que nunca termina

John Menchaca dice a La Opinión que el recuerdo de su hermana Dora duele no solamente cada 9 de septiembre, sino todos los días.

Dora tenía 45 años cuando abordó el vuelo 77 de American Airlines el 9 de septiembre de 2001. Se dirigía a Washington,  D.C.  Estaba previsto que se encontraría con su esposo Earl Dorsey, y sus hijos Imanis y Jaryd.

Pero nunca lo logró. Su avión fue uno de los que fue atacado por terroristas islámicos, en aquella fatídica fecha.           

“Ella era una mujer muy inteligente que quería descubrir la cura para el cáncer de próstata”, recuerda John, esposo de Denise Menchaca, concejal de la ciudad de San Gabriel.

Ambos estuvieron presentes en la breve ceremonia alusiva a la conmemoración del 9/11 frente a la Estación 51 del Departamento de Bomberos, en la intersección de la calle Wells y la avenida Del Mar.

“Ella quería encontrar la cura porque mi padre sufría cáncer de próstata”, dijo John, quien era cuatro años menor que Dora, pero recuerda que creció muy de cerca de su hermana, en San Antonio, Texas.

Agregó que su hermana era paciente con él cuando lo ayudaba con su tarea de matemáticas. Él iba a la secundaria, mientras que su hermana se dirigía a la prestigiosa universidad de Notre Dame.

“Ella era una científica excepcional…, era mi ídolo…, era mi mentora”, expresó John. “Siempre la admiré”.

Dora Menchaca trabajó en Amgen, Amgen Inc. una empresa biofarmacéutica multinacional estadounidense con sede en Thousand Oaks, California,  como directora de investigación clínica y tenía el impulso interno de investigar una cura para el cáncer.

“Ella estuvo el 10 de septiembre informando a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) sobre algunas investigaciones sobre el cáncer”, manifestó John Menchaca.

Su hermana había estado hablando sobre querer pasar más tiempo con su familia, por lo que tomó un vuelo más temprano a casa…, en la mañana del 11 de septiembre de 2001.

Era el vuelo 77 de American Airlines.

“Unos 20 días después de la muerte de mi hermana, también falleció mi padre”, dijo John Menchaca.

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