Uno de los dos ciudadanos estadounidenses asesinados tras ser secuestrados por un cártel mexicano había expresado su miedo a viajar al sur de la frontera e internarse en México.
De acuerdo con su hermana, Zindell Brown había sido consciente de los peligros de viajar desde Carolina del Sur con tres amigos para que la única mujer del grupo pudiera someterse a una operación de abdominoplastia.
En una entrevista con AP, la hermana Zalandria Brown aseguró que Zindell no paraba de decir: “No deberíamos bajar”, en referencia a cruzar la frontera hacia México, en especial hacia la ciudad de Matamoros, en el estado de Tamaulipas.
“Zindell no quería ir”, también contó a ABC News la hermana de Zindell Brown, uno de los dos asesinados por hombres armados. “No deberíamos ir, no deberíamos ir”, decía Zindell, según su hermana.
Los estadounidenses habrían sido atacados por error
Los cuatro amigos, Latavia McGee, Zindell, Shaeed Woodard (primo de Latavia) y Eric James Williams decidieron viajar en automóvil desde Carolina del Sur para acompañar a la única mujer del grupo a realizarse una cirugía estética a Tamaulipas, pues ahí esas intervenciones tienen un costo menor en comparación con Estados aUnidos.
Según el recuento de CNN, los amigos no lograban encontrar el lugar donde Latavia se sometería a una cirugía de abdominoplastia y la mala señal les complicó comunicarse a la oficina del médico. Hasta que llegaron al sitio equivocado, en el momento equivocado, y fueron atacados por error.
En un espeluznante vídeo publicado el viernes en las redes sociales se ve cómo hombres con fusiles de asalto y chalecos antibalas suben a los cuatro estadounidenses a la caja de una camioneta blanca en la ciudad de Matamoros.
Los cuatro estadounidenses fueron encontrados el martes en una choza de madera, vigilada por un hombre que fue detenido, en una zona rural al este de Matamoros, según informaron las autoridades locales.
Los cadáveres de Brown y Shaeed Woodard, de 33 años, fueron llevados a la morgue de Matamoros para realizar trabajos forenses, mientas los sobrevivientes fueron trasladados el martes a Brownsville, Texas, en un convoy de vehículos escoltados por Humvees militares mexicanos y camiones de la Guardia Nacional.
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