Paul Mackenzie Nthenge, el líder de una secta cuyos miembros murieron de inanición y asfixia, compareció ante un tribunal de Kenia acusado de asesinato y secuestro.
El autoproclamado pastor y otras 13 personas están acusados de la muerte de al menos 110 fieles de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, según reveló la agencia AFP.
Mackenzie Nthenge y seis cómplices comparecieron ante el tribunal de la ciudad de Malindi, donde la Fiscalía quiso formular cargos de terrorismo contra los sospechosos.
Los fiscales del tribunal de Mombasa afirman que el líder de la secta llevó a sus seguidores a matarse de hambre con la promesa de encontrarse con Jesús. En el bosque donde se descubrieron los cadáveres se sigue buscando a otras víctimas, y el número de muertos aún podría aumentar.
La comparecencia tuvo lugar después de que las primeras autopsias de los cadáveres muestran signos de inanición. De acuerdo con Efe, los cuerpos también presentan signos de asfixia en el caso de dos menores.
En cuanto a la búsqueda de más cuerpos, las fuertes lluvias paralizaron por tercer día el proceso de exhumación. En tanto, el ministro keniano del Interior, Kithure Kindiki, aseguró que las autopsias determinarán si se sustrajeron algunos órganos de las víctimas para su tráfico.
Asimismo, reafirmó la promesa del presidente keniano, William Ruto, de crear una “comisión de investigación” para esclarecer cómo se produjeron todas las muertes y encontrar a los culpables.
El presidente condenó el pasado 24 de abril la llamada “masacre de Shakahola” como un acto de “terrorismo”, y aseguró que Kenia no tolerará “a las personas que predican sermones engañosos que causan muertes”.
Nthenge, bajo custodia policial desde el pasado 14 de abril, lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas). El pastor ya había sido detenido el pasado mes de marzo, después de estar involucrado en la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero obtuvo la libertad bajo fianza.
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