Foto:
JOHAN ORDONEZ / AFP / Getty Images
Las autoridades guatemaltecas dieron a conocer que, desde este sábado, cerca de 1,200 habitantes de zonas cercanas al volcán de fuego regresaron a sus casas ante la diminución de las exhalaciones en el cráter del coloso.
Rodolfo García, vocero de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), informó ante varios medios de comunicación locales que, de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), el riesgo de una actividad mayor en el volcán está descartado por el momento.
“Efectivamente todos retornarán a sus hogares”, señaló.
Tan sólo hace tres días el volcán, de 3.263 metros de altura, situado a 35 kilómetros al suroeste de la capital guatemalteca, registró una nueva fase eruptiva lanzando material incandescente y ceniza a la atmósfera, pero esto sólo tuvo una duración de menos de 24 horas.
No obstante, se estima que dejó un saldo de 200,300 personas afectadas en cuanto a sus actividades económicas se refiere, pues al menos los habitantes de siete poblados ubicados en las faldas del volcán tuvieron que ser desplazados a albergues temporales montados en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez.
Cabe señalar que este volcán es el más activo de Centroamérica y en diciembre produjo una erupción que obligó a cerrar el aeropuerto ubicado en la capital guatemalteca.
Ahora bien, una de las grandes preocupaciones del gobierno chapín es que en algún momento la actividad volcánica pudiera incrementarse hasta alcanzar un nivel similar al registrado el 3 de junio de 2018, cuando ocasionó una avalancha de material ardiente, la cual —entre múltiples daños — arrasó con la comunidad de San Miguel Los Lotes, ubicada en el departamento de Escuintla.
Aunque existe un monitoreo constante del coloso, la realidad es que una erupción repentina y violenta, podría tomar por sorpresa a varias poblaciones y colapsaría la única carretera que existe como vía de escape para miles de familia.
Así que no basta con la buena voluntad de las autoridades para alertar a su población, pues también se requieren de más vías de comunicación para transitar, ya que sin ellas podría llegar a producirse una de las tragedias más grandes en la historia no sólo de Guatemala, sino de todo Centroamérica.
También te puede interesar: