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El representante de Texas, Henry Cuellar está buscando su reelección para el distrito 28 en estas elecciones intermedias, y se ha destacado por tener una característica muy particular es el único conservador pro-vida dentro del Partido y que para algunas organizaciones a favor del aborto representa un problema, ya que se niegan a apoyarlo para su reelección.
El demócrata está buscando el voto de la población en un distrito decisivo y crucial del que dependería la mayoría demócrata de la Cámara. Ha sido señalado como un aliado confiable de los republicanos, ya que tiene posturas conservadoras.
También su postura es atractiva para su partido, pues atrae a votantes socialmente más conservadores, especialmente latinos. Y estuvo a punto de perder las primarias ante una abogada progresista de 28 años.
A pesar de las objeciones de los muchos grupos a favor del derecho al aborto que dieron el paso de respaldar a Cisneros en las primarias, cuatro de los cinco demócratas de mayor rango en la Cámara (Nancy Pelosi, Steny Hoyer, Jim Clyburn y Hakeem Jeffries) respaldaron personalmente a Cuéllar, donando dinero a su campaña.
Henry Cuellar ha defendido siempre su postura e ideologías, como por ejemplo en días pasados le pidió al presidente Joe Biden que debe poner medidas más agresivas en la frontera sur para evitar el flujo de migrantes a EE.UU.
“Si no deportas a la gente, verán la frontera como un bache. Tenemos que deportar a la gente. Tenemos que deportar a la gente que no debería estar aquí”, fueron las palabras de Cuellar The Faulkner Focus.
El representante Cuellar no expresó el deseo de una barrera física en la frontera, dijo que le gustaría ver más personal, tecnología y cámaras en el área para ayudar a detener a quienes evaden el proceso de inmigración legal.
Y como ejemplo puso un partido de fútbol: “Jugar a la defensiva en la línea de una yarda llamada frontera de Estados Unidos es una cosa. Tenemos que jugar a la defensiva en la yarda 20”.
Proteger a Cuéllar en su escaño será responsabilidad exclusiva de los propios grupos de campaña de los demócratas como el DCCC, que tendrán que usar recursos para proteger a un candidato que se opone a su agenda.
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