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El 24 de mayo, Salvador Rolando Ramos, de 18 años, abrió fuego en la escuela primaria Robb de Uvalde, matando a 21 personas. A más de seis meses de aquella tragedia, un inspector encubierto que se hizo pasar por un intruso pudo acceder a la cafetería de una escuela durante una auditoría de seguridad de diciembre en esta misma ciudad.
De acuerdo a información dada a conocer por ABC News, la seguridad de los estudiantes no estuvo en peligro, dijo el superintendente interino Gary Patterson a una junta escolar sorprendida durante su reunión.
Pero la noticia sirvió como un impactante recordatorio de lo que ocurrió en la Escuela Primaria Robb el 24 de mayo, cuando 19 estudiantes y dos maestros fueron asesinados a tiros.
Los auditores evaluaron tres escuelas en Uvalde, a una de las cuales se accedió a través de una puerta exterior con un pestillo defectuoso cerca del muelle de carga de la escuela, dijo Patterson. La escuela específica no fue identificada.
El inspector notó que la puerta no se trababa a menos que se cerrara de golpe, según la auditoría. Una entrega estaba en curso durante la auditoría, y pudieron deslizar la puerta defectuosa cuando la dejaron entreabierta. El intruso falso llegó a la cafetería, que estaba vacía, antes de ser detenido e interrogado por miembros del personal de la escuela.
“Es 100% mi responsabilidad asegurarme de que eso no suceda”, dijo Patterson. “Francamente, pasé por alto la entrega de mercancías y los muelles de carga, pero no lo pasaré por alto la próxima vez”.
Las otras dos escuelas que formaron parte de la auditoría pasaron, con el 100% de sus puertas exteriores cerradas, según Patterson. El superintendente interino dijo que planean tener un día adicional de capacitación en seguridad para maestros y personal el día antes del reinicio de clases en enero.
La auditoría fue parte de un programa iniciado en octubre por el gobernador de Texas, Greg Abbott, para probar aleatoriamente la fortaleza de las escuelas de Texas contra las amenazas externas, algo que provocó el tiroteo de Robb.
Las pruebas están siendo realizadas en todo el estado por el Centro de Seguridad Escolar de Texas en la Universidad Estatal de Texas, con cientos ya completadas.
En los más de seis meses desde la masacre de Uvalde, el distrito escolar ha gastado millones de dólares en medidas de seguridad adicionales. Han gastado o planean gastar casi $5 millones combinados en cercas más fuertes, puertas con cierre automático, cámaras de seguridad y patrullas adicionales.
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