Tras reconocer que Estados Unidos vive una crisis de salud mental, el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, anunció que, en colaboración con autoridades del Hospital de Niños de Los Ángeles van a desarrollar campañas educativas para que la comunidad latina entienda la importancia del tema y reciba atención profesional cuando la necesite, independientemente de su estatus migratorio.
“El 90% del pueblo de Estados Unidos dice que enfrentamos una crisis mental en el país, y eso involucra a ricos y pobres, a los que son ciudadanos e inmigrantes”, dijo Becerra a pregunta expresa de La Opinión.
Flanqueado por los congresistas Nanette Barragán (Distrito 44), Tony Cárdenas (Distrito 29) y Sydney Kamlager-Dove (Distrito 37), además del director ejecutivo del Hospital de Niños de Los Ángeles, Paul S. Viviano y numerosos directivos y profesionales de la salud mental, Becerra dijo al final de una mesa redonda que “todos estamos en esto, y tenemos que tratar el dolor que está sintiendo el pueblo”.
“Nuestros jóvenes están sufriendo y este es el momento cuando podemos atacar el asunto”, añadió. “Porque este reto cuesta vidas y tiempo, y hay que tratar de ayudar a resolver el problema; por eso estamos recorriendo el país”.
De acuerdo con un reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), estudiantes de preparatoria reportaron sentimientos de tristeza o desesperanza que no les permitía integrarse a actividades regulares en sus escuelas, lo cual, es un indicativo de síntomas de depresión.
Además, indica el informe, que hubo un aumento significativo de adolescentes que habían pensado seriamente en el suicidio, tuvieron un plan de quitarse la vida o intentaron escapar por la puerta falsa.
La doctora Anya Griffith, directora de psicología en el Hospital de Niños, dijo que al crear una cultura de apoyo, confianza y compasión alrededor de la salud mental, podemos asegurar que los jóvenes latinos tengan los recursos de salud mental que necesitan para su bienestar…
“A pesar de tener altas tasas de necesidad de ayuda mental, los jóvenes latinos son menos probables de buscar tratamiento”, aseveró la doctora Griffith, quien informó que, estudios han mostrado que los latinos tienden a experimentar mayor depresión y ansiedad, y otras preocupaciones de salud mental que otros.
Los CDC advierten también que los jóvenes latinos eran más propensos a tener sentimientos de tristeza y desesperanza más persistentes; aunque para los estudiantes afroamericanos era menos probable reportar esas emociones que otros jóvenes, de manera significativa tenían mayores tendencias suicidas que otros.
Por su parte, Paul S. Viviano, director ejecutivo del Hospital de Niños, reconoció la crisis de salud mental en el país como “un reto sustancial y un desafío muy importante que ha empeorado con la pandemia”.
Agregó que la cantidad de ansiedad, depresión, tendencias suicidas, intentos de suicidio entre los adolescentes ha crecido dramáticamente.
En el Hospital de Niños de Los Ángeles, el 68% de los pacientes que atienden se identifican como latinos y en la Clínica de Salud Mental, el 73% de los pacientes son jóvenes latinos.
La congresista Nanette Barragán y su homólogo, Tony Cárdenas, alabaron que la administración del presidente Joe Biden haya destinado $500 millones para dar marcha a la línea nacional de emergencia 988 para casos de salud mental y suicidio, a diferencia de los $20 millones que había destinado el expresidente Donald Trump.
“Necesitamos más recursos y entendemos la necesidad de que debemos implementar una ayuda más grade”, dijo Cárdenas a La Opinión. “Nosotros nos enfocamos en las comunidades que hablan inglés, español y muchos otros idiomas”.
El representante del Valle de San Fernando en el Congreso consideró que las familias latinas deben vencer los estigmas sobre la salud mental.
“Lo importante que debemos saber como padres de familia y miembros de nuestra comunidad es explicar que si tienes [problemas de] salud mental, se hable del tema”, dijo. “Solo así podemos seguirles ayudando; lo importante empieza en casa, y gracias a Dios que, en la comunidad tenemos a donde ir”.
Otra barrera para vencer es la que mencionó la congresista Nanette Barragán.
“Cuando era niña, en casa de mis padres se decía que los niños no deben llorar”, dijo. “Por eso, tenemos mucho trabajo que hacer”.
Durante la mesa redonda con los funcionarios de gobierno y de salud, la doctora Natalie Cruz, psicóloga en el Hospital de Niños de Los Ángeles, narró el trágico caso de “Josesito”, un bebé que no hablaba a los tres años y que fue llevado al hospital varias veces con moretes en las mejillas y huellas de probable abuso físico y sexual.
“Los detalles fueron cambiados para proteger la identidad del niño, pero cuando vino a la sala de emergencias con dolor en sus partes privadas, notificamos al Departamento de Servicios para Niños y Familias”, relató. “El niño era adorable y activo; con su dedito apuntaba a su cachete como que quería decirnos algo y se escondía mucho en el cuarto”.
La sospecha de maltrato y abuso fue reportada. En los protocolos del DFCS se tienen cinco días para iniciar una investigación, pero debido a la pandemia, la investigación se retrasó cinco días más.
En ese lapso murió “Josesito” a manos del novio de la madre, una persona que seguramente tenía problemas de salud mental.