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La pionera de las mujeres latinas en California, quien sirvió durante décadas en cargos electos, incluidos los de miembro del Concejo Municipal de Los Ángeles y supervisora del condado, murió a los 74 años, a causa de un cáncer terminal con el que luchó durante los últimos tres años.
En 1982, la pionera de las latinas, Gloria Molina, fue la primera mujer seleccionada para la Asamblea de California, convirtiéndose en referente a nivel nacional.
Molina murió en su casa en Mt. Washington, rodeada de familiares, según su hija Valentina Martínez.
“Gloria había estado luchando contra un cáncer terminal durante los últimos tres años. Enfrentó esta lucha con el mismo coraje y resiliencia con que vivió su vida. Durante las últimas semanas, Gloria se sintió animada por el amor y el apoyo de nuestra familia, comunidad, amigos y colegas. Gloria expresó su profunda gratitud por la vida que vivió y la oportunidad de servir a nuestra comunidad”, dijo Martínez.
Gloria Molina fue una demócrata de larga trayectoria que sirvió en la Asamblea del estado de California durante cinco años en la década de 1980, luego ganó las elecciones al Concejo Municipal de Los Ángeles en 1986, representando un distrito que incluía el este de Los Ángeles y partes del Valle de San Fernando. En 1990, Molina ganó un asiento en la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles y se quedó hasta 2014, y finalmente se retiró después de que se promulgaron los límites de mandato.
Hizo historia en varios de esos roles, convirtiéndose en la primera latina en servir en el Concejo Municipal de Los Ángeles y luego en la Junta de Supervisores.
Molina nació en Montebello el 31 de mayo de 1948, hija de madre mexicana y padre mexicoamericano. Creció en Pico-Rivera como la mayor de 10 hijos.
Durante la década de 1970, se involucró en el movimiento político chicano, especialmente abogando por la salud de la mujer. Ella serviría dos años en la Casa Blanca del presidente Jimmy Carter, como diputada del personal presidencial.
En marzo pasado, Molina anunció que tenía cáncer, con el que dijo que había viviendo durante tres años, es “muy agresivo”. En su momento, dijo también que quiere que la gente sepa que no está triste, sino que se siente afortunada de haber vivido una “vida larga, satisfactoria y hermosa”.
“Estoy realmente agradecida por todos en mi vida y orgullosa de mi familia, carrera, mi gente y el trabajo que hicimos en nombre de nuestra comunidad”, escribió Molina en la publicación.
Ahora, tras su partida, su hija también dedicó unas palabras de despedida, donde dijo que: “Extrañaremos ver a Gloria la artista, verla imaginar y crear hermosos edredones que cuentan la historia de nuestras raíces mexicanas, y a Gloria la maestra, que comparte su pasión con otros para que ellos también puedan expresarse a través de este arte”.
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