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En un reciente informe de la Oficina de Estadísticas Laborales sobre el índice de los precios al consumidor se determinó que el costo de los alimentos en el hogar aumentó un 11.3% en comparación con el año pasado, una cifra que se le atribuye a la galopante inflación que también ha afectado a otros sectores de la economía.
En el comunicado se destacó además que la actual cifra afecta principalmente a las familias de bajos ingresos, como también para aquellas personas que reciben pagos del Seguro Social. De acuerdo con Andy Harig, vicepresidente de impuestos, comercio, sostenibilidad y desarrollo de políticas de la Asociación de la Industria Alimentaria de FMI, los minoristas de alimentos en Estados Unidos igualmente están tratando de bajar los costos, sin embargo la inflación y la constante demanda son uno de los mayores obstáculos.
Según el Departamento de Comercio, las tiendas minoristas siguen aumentando sus ventas y en su último informe en enero cerró en un 3% uno de los más altos desde marzo del 2021. Pese a que la Reserva Federal sigue aumentando las tasas de intereses para controlar la inflación por medio de la reducción de la demanda de los consumidores, esta última sigue repuntando y mostrando una gran resiliencia.
Para Harig “el IPC de enero ilustra que los aumentos de precios inflacionarios no se están restableciendo tan rápido o uniformemente como les gustaría a los consumidores“, destacó al tiempo que señaló que es muy probable que los precios de los alimentos se sigan manteniendo altos en un corto plazo.
“Anticipamos que podría haber una mayor volatilidad en términos de subidas y bajadas de la inflación en los próximos meses. Sin embargo, seguimos siendo cautelosamente optimistas de que lo peor de los alimentos la inflación de precios ha quedado atrás”, dijo el vicepresidente de impuestos del FMI.
Por su parte, el Servicio de Investigación Económica (ERS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos indicó el mes pasado que los precios de los alimentos para este año aumentarán progresivamente. En el pronóstico detalló que la cifra será de un 7,1% en un primer momento hasta alcanzar el 10% a final de año.
Aunque este año, los consumidores estadounidenses están gastando $151 dólares en promedio, en comparación con los $161 dólares por semana durante la pandemia del Covid-19, en la actualidad los consumidores deben seguir estirando sus ingresos para abarcar la compra de todos los alimentos.
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