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El pasado de 19 de noviembre Colorado Springs vivió uno de los momentos más trágicos luego de un ataque en el Club Q que dejó cinco muertos y decenas más heridos en Colorado.
A casi dos meses del trágico momento, Matthew Haynes, copropietario del lugar desde hace 20 años, dice que después del tiroteo, ha estado contemplando la importancia del bar en la comunidad y su papel para ayudar a la comunidad a continuar recuperándose del trágico evento, y reconstruir el bar es parte de ese objetivo.
El Club Q era un lugar donde las personas conocían a sus seres queridos, donde hacían nuevos amigos, uno de los pocos espacios en la ciudad donde los miembros de la comunidad LGBTQ podían sentirse seguros siendo ellos mismos.
“La conclusión más importante que ha tenido esta comunidad, con la que estoy de acuerdo, es que [el tirador] no ganará”, dijo Haynes. “Este hombre no nos quitará nuestro espacio. Este hombre no destruirá esta comunidad”.
Anderson Lee Aldrich, es el principal sospechoso de aquel tiroteo y enfrenta 305 cargos , que incluyen asesinato en primer grado, intento de asesinato y delitos motivados por prejuicios.
Haynes, junto con el equipo de desarrollo y asesoramiento del bar, dijo que reestructurarán el interior del bar, implementarán nuevas precauciones de seguridad y construirán un monumento para honrar las vidas perdidas, así como las vidas afectadas.
No está claro cómo sería un monumento o cuánto tiempo llevará la reconstrucción, dijo Haynes. Dijo que espera un proceso de remodelación de cuatro meses, con la esperanza de una reapertura en mayo, pero el camino a seguir sigue siendo incierto.
En reuniones recientes con funcionarios de la ciudad, incluido el alcalde de Colorado Springs, John Suthers, Haynes dijo que Suthers puso al personal del Club Q en contacto con una firma de arquitectura para planificar un monumento y abordar el daño causado al interior del bar durante el tiroteo, de forma gratuita.
Según Haynes, la ciudad también ha asignado un supervisor para trabajar en los procesos técnicos necesarios para que el negocio vuelva a funcionar.
“Desde todos los aspectos, desde el departamento de policía hasta el FBI, hasta cualquier cosa que esté debajo de la ciudad y ciertamente del estado, en este punto, nos sentimos totalmente apoyados”, dijo Haynes.
Haynes dijo que no solo quiere reparar el daño causado, sino que quiere hacer cambios estéticos en el bar, para que pueda ser un ambiente acogedor y liberador para quienes estuvieron presentes en el bar en esa trágica noche.
“Al hablar con las víctimas a las que realmente les dispararon, [quieren] que se cambie un poco… ayudaría con parte del trauma”, dijo Haynes.
Desde la tragedia, los propietarios y el personal del bar también han estado atendiendo un memorial en constante crecimiento fuera del Club Q, exuberante con flores, tarjetas y obras de arte.
Han conservado muchos de los obsequios dejados en las puertas del Club Q, y Haynes dijo que esperan crear un monumento permanente en el lugar para honrar no solo a los que murieron o resultaron heridos, sino también a los “miles que se han visto afectados”.
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