Después de sentirse seguros en sus hogares por los pasados dos años, un grupo de inquilinos de El Sereno se encuentran preocupados nuevamente ante un inminente desalojo.
Martha Escudero, quien vive con sus dos hijas, fue parte de un grupo de una docena de personas que se apoderaron de casas abandonadas en El Sereno en marzo del 2020. En ese momento era el inicio de la pandemia del Covid-19 donde las personas estaban perdiendo sus trabajos y las autoridades recomendaban que todos se quedaran dentro de sus hogares.
Esto era muy difícil para quienes no tenían un hogar como la familia Escudero.
Las casas de El Sereno que le pertenecen al Departamento de Transporte de California (Caltrans) originalmente iban a ser demolidas para dar paso a una autopista, pero finalmente no se llegó al acuerdo y las casas permanecían abandonadas.
Escudero, quien creció en el este de Los Ángeles, dijo que se mudó con sus hijas por unos años a Chile y cuando regresó en el 2019, la renta en Los Ángeles era extremadamente cara. La madre soltera no podía costear una vivienda y por varios meses ella y sus dos hijas durmieron en los sillones de familiares y conocidos.
Poco después de apoderarse de las viviendas en el 2020, los inquilinos llegaron a un acuerdo con Caltrans, el cual hizo algunas reparaciones y le rentó las propiedades a la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Los Ángeles (HACLA).
HACLA creó el Programa de Vivienda de Transición de El Sereno en aproximadamente 22 casas.
Escudero y sus hijas, de 13 y 10 años, han vivido en una de esas casas a la que le han tomado cariño. Han creado una comunidad en el área y la escuela les queda muy cerca.
Pero hace unos días Escudero recibió una carta notificándole que tenía que desalojar la casa que es de dos recámaras, donde paga $200 de renta, para dar paso a que otra familia llegue a vivir temporalmente.
“Nos dicen que aquí no hay opción de vivienda permanente, pero antes tampoco había espacio para vivienda temporal y se creó”, dijo Escudero. “Queremos que estén abiertos a las soluciones que se deben crear, algunas que antes no existían”.
Temor de morir en la calle
Una situación similar enfrenta el señor Benito Flores, de 67 años, quien está habitando otra casa de El Sereno. Él es diabético y dijo que antes de esa casa vivió por 14 años en su vehículo.
Él tiene diabetes, se jubiló hace dos años y solamente vive del cheque de seguro social que recibe mensualmente, del cual dijo, es una cantidad mínima.
“Si tengo que salir a buscar un lugar para rentar ahí se me va a ir todo el cheque y entonces ¿qué voy a comer?”, cuestionó
Explicó que hace unos días, el socio de servicio de HACLA, People Assisting The Homeless (PATH) le envió una carta diciéndole que se había terminado su plazo en el programa y debía desalojar para el martes 25 de octubre.
“Ahora dicen que van a mandar al sheriff para desalojarnos”, dijo Flores.
Contó que a él le preocupa su futuro ya que siente que si es desalojado solo va a “morir en la calle” ya que su diabetes esta fuera de control.
“El médico ha estado insistiendo que debo empezar a tomar insulina y yo le digo que si voy a vivir en la calle, cómo voy a tomar insulina si se debe tener refrigerada”, dijo el nativo de México. “Una vez que la empiezas a tomar no puedes dejar de tomarla o puede ser una causa de muerte”.
Flores explicó que a su edad si lo echan a la calle no sabe qué va a hacer. Indicó que toda su vida trabajó como soldador, pero siempre ganando el salario mínimo. Llegó el punto en donde él ya no podía costear el alquiler de una vivienda y terminó viviendo en su vehículo.
El inmigrante agregó que HACLA está jugando con la vida de las personas vulnerables.
“La vivienda temporal es corrupta, ineficiente y cruel”, dijo Flores.
Los inquilinos afectados pidieron ayuda a HACLA y a la ciudad de Los Ángeles para que no los conviertan en una estadística más de desamparados.
Escudero dijo que no hay soluciones realistas ya que los quieren sacar para meter a otras familias causando un círculo de indigencia sin final.
Añadió que las opciones que le dan son apartamentos con mucha gente y muy ruidosos lo cual les afecta a sus hijas.
“A mi hija le da mucha ansiedad y aparte nos quieren dar lugares que son fuera del área del este de Los Ángeles”, dijo Escudero.
Firmaron acuerdos
Los inquilinos recibieron una extensión de un mes para salirse, pero el desalojo por parte de HACLA es inminente.
HACLA dijo que para promover la transparencia se estableció comunicación con grupos de vecinos en El Sereno, así como con los “recuperadores” y sus asesores legales para desarrollar los parámetros del programa de vivienda de transición.
“Los recuperadores, la comunidad y Caltrans participaron en el diseño de las reglas finales del programa y entendieron sus beneficios y limitaciones”, indicó HACLA en un comunicado.
“Los hogares que ingresan al programa reciben un amplio asesoramiento antes de ejecutar los Acuerdos de Usuario y los documentos del Participante del Programa, que reconocen claramente el límite de tiempo del componente de vivienda y se les pide que consideren si este es el programa adecuado para sus hogares o no”.
Adicionalmente se les recuerda a los participantes en la necesidad de desarrollar y participar activamente en una solución de vivienda permanente que no incluye la unidad que se les ha asignado.
Durante el período máximo de residencia de 24 meses, HACLA y su socio de servicio PATH han realizado esfuerzos para promover la seguridad de la vivienda permanente al ofrecer a cada participante numerosas soluciones.
“Si bien muchos participantes del programa participan activamente en sus soluciones personalizadas y ven resultados positivos, algunos participantes han rechazado todas las opciones que se les presentaron”, continuó el comunicado.
HACLA recalcó que aunque algunos hogares han rechazado los diversos recursos y opciones de vivienda que se les brindaron, el programa está logrando un progreso positivo. Esto incluye seis hogares que recibieron vales de vivienda de emergencia y otro hogar que ya se mudó por completo a una casa de tres habitaciones en Los Ángeles, demostrando que el programa puede funcionar cuando se utiliza correctamente.
