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Mike Windle / Getty Images
La boricua Dayanara Torres, de 47 años y quien fuera Miss Universo en 1993, revivió, en una plática con Giselle Blondet, diversos detalles de lo complicada que fue su infancia en la localidad de Toa Alta, donde su familia poseía una humilde casa.
La propiedad, que está hecha de madera y recientemente fue visitada por la propia Dayanara para recordar sus orígenes, no contaba con los grandes lujos, es más, solo tenía lo mínimo indispensable para una familia que atravesaba por severos problemas económicos.
De acuerdo al testimonio de la ex de Marc Anthony, la falta de dinero la convirtió en objeto de burla por parte de sus compañeros de escuela, pues mientras ellos vivían en grandes casas en el pueblo y tenían coches de alta gama, ella lo hacía en una muy pequeña vivienda en medio del campo, entre lodo y animales.
“Yo vivía en una finca, en una casita de madera, chiquitita, que, a veces, yo he medido con mis pies lo que medía esa casa y era una cosa tan pequeñita, pero éramos tan felices. Vivíamos rodeados de animales, de gallinas, de cabras, de conejos. Yo vi nacer cabras en mi patio y becerros enfrente”, narró la actriz.
La casa, que estaba conformada por tres recámaras sin puerta, fue habitada por Dayanara, por sus tres hermanos y por sus papás, por lo que les tocaba dormir acompañados y algo apretados.
“Tenía tres habitaciones. Las habitaciones no tenían puerta, el baño no tenía puerta, era una cortina. Tenías que decir: ‘estoy en el baño’ y cerrar la cortina. Estuvimos un tiempo en que nos bañábamos con la manguera en un biombito que nos hicieron para bañarnos. Tenemos montones de memorias de ese tiempo, pero te lo juro que en esa casa no faltaba nunca la risa”, recordó un poco nostálgica la también modelo.
La mamá de Cristian y Ryan Adrian también recordó que para que el inodoro funcionara requerían de un balde con agua, pues no contaba con palanca o con botón.
A pesar de la apremiante situación que vivió durante varios años, Dayanara confesó que su infancia fue feliz, pues en aquel entonces no conocía el valor del dinero y se conformaba con pasar tiempo en casa en compañía de sus seres queridos, con quienes no paraba de reír a todas horas.
Así fue como recordó su casa de infancia hace unas semanas
Dayanara Torres aprovechó un reciente viaje que hizo a Toa Alta para mostrarle a su novio, Marcelo Gama, el lugar donde pasó los días más felices, pero también más complicados de su niñez.
“Nuestra Casita. Agradecida a Dios por regalarme la familia mas hermosa… me lo dieron todo! Mi niñez quizás sin lujos pero llena de amor, risas, vivencias unidas, enseñanzas, respeto y valores… Toa Alta… Aquí en esta casita nacieron todos mis sueños”, escribió la celebridad en su momento.
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