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Sean Gallup / Getty Images
Desde hace tiempo había algunas alertas sobre lo contaminante que puede ser tirar de la cadena del baño con la tapa abierta, pero ahora unos científicos demuestran visualmente lo asqueroso que eso puede ser.
Es conocido que la tapa del inodoro no tiene solo una función estética, sino que cumple una más importante, que es la higiénica, y que cada vez que tiramos de la cadena se forma un remolino de agua, con efecto aerosol, que dispara miles de micropartículas fecales al aire.
Ahora, gracias a una nueva investigación de la Universidad de California en Boulder, los científicos ven el impacto de tirar de la cadena bajo una luz totalmente nueva, y ahora el mundo también puede hacerlo.
Un equipo de ingenieros de la Universidad de California en Boulder realizó un experimento con láseres verdes brillantes y cámaras para revelar cómo diminutas gotas de agua, invisibles a simple vista, son expulsadas rápidamente al aire cuando se tira de la cadena de un WC público sin tapa.
Esas gotas que parecen inofensivas pueden transportar patógenos como E. coli, C. difficile, norovirus y adenovirus.
Lo más innovador es que el estudio, publicado en Scientific Reports, es el primero que visualiza directamente el penacho de aerosoles resultante y mide la velocidad y dispersión de las partículas en su interior.
Se sabe que estas partículas en aerosol transportan patógenos y podrían suponer un riesgo de exposición para los usuarios de los baños públicos. Sin embargo, esta vívida visualización de la exposición potencial a enfermedades también proporciona una metodología para ayudar a reducirla.
“Si es algo que no puedes ver, es fácil fingir que no existe. Pero una vez que veas estos vídeos, nunca volverás a pensar en la cisterna del WC de la misma manera“, afirma John Crimaldi, autor principal del estudio y catedrático de Ingeniería Civil, Medioambiental y Arquitectónica. “Al crear imágenes visuales espectaculares de este proceso, nuestro estudio puede desempeñar un papel importante en los mensajes de salud pública”, agrega.
La importancia del estudio
Aunque los investigadores saben desde hace más de 60 años que cuando se tira de la cadena de un inodoro, los sólidos y los líquidos bajan según lo previsto, pero también se liberan al aire partículas diminutas e invisibles, hasta ahora nadie sabía qué aspecto tenían estos penachos ni cómo llegaban las partículas hasta allí.
De acuerdo con los autores del estudio, comprender las trayectorias y velocidades de estas partículas es importante para mitigar el riesgo de exposición mediante estrategias de desinfección y ventilación, o un mejor diseño de los inodoros y las cisternas.
“La gente ha sabido que los retretes emiten aerosoles, pero no ha podido verlos”, afirma Crimaldi. “Demostramos que se trata de un penacho mucho más energético y de propagación más rápida de lo que incluso la gente que sabía de esto entendía”.
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