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El presidente Joe Biden y los principales líderes del Congreso no lograron resolver la inminente crisis del techo de la deuda pública de Estados Unidos durante una polémica reunión en la Oficina Oval el martes, pero planean reunirse y continuar las conversaciones el próximo viernes.
La reunión de Biden con el el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, el líder de la minoría republicana en esa cámara, Mitch McConnell, y el líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, para negociar una extensión del techo de la deuda pública pública del país y evitar un incumplimiento que tendría consecuencias económicas catastróficas, ocurrió cuando faltan solamente tres semanas para el 1 de junio, cuando el gobierno de Estados Unidos no podrá cumplir con sus obligaciones de pago.
Todos los líderes presentes, excepto McCarthy, acordaron eliminar la amenaza de incumplimiento de pagos de la deuda cuando Biden se los pidió, según los líderes demócratas en la reunión.
Biden y McCarthy se limitaron a reiterar cara a cara sus posiciones sobre la suspensión del techo de deuda, cuyo límite de $31.4 billones de dólares ya se alcanzó el 19 de enero, por lo que actualmente el gobierno está recurriendo a medidas extraordinarias para tomar dinero de sus reservas y pagar las deudas que ha contraído.
El Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio, momento en que EE.UU. entraría automáticamente en una suspensión de pagos, por primera vez en su historia.
El encuentro se desarrolló en el Despacho Oval de la Casa Blanca y fue la primera vez que Biden y McCarthy se veían para hablar de este tema desde el 1 de febrero, cuando ambos se reunieron por última vez también en la Casa Blanca.
Al término de la reunión, McCarthy aseguró a las decenas de reporteros que se agolpaban fuera del Despacho Oval que no hubo “ningún nuevo movimiento” en las conversaciones con Biden.
McCarthy quiere vincular la suspensión del techo de deuda con importantes recortes de gastos en algunos de los programas estrella de Biden, como la cancelación de la deuda estudiantil, y además quiere endurecer los requisitos que deben cumplir los estadounidenses más pobres para acceder a ayuda sanitaria y alimentaria.
Por su parte, Biden lleva semanas diciendo que no está dispuesto a negociar sobre el techo de endeudamiento y que los republicanos tienen la obligación de asegurarse de que Estados Unidos puede pagar las deudas ya contraídas, como hicieron en varias ocasiones con su antecesor, Donald Trump (2017-2021).
Al final del encuentro, Biden reiteró esa postura e intentó tranquilizar a los mercados al declarar: “Estados Unidos no incurrirá en un impago de sus deudas, nunca lo ha hecho y nunca lo hará”.
Añadió que volverá a reunirse con McCarthy y el resto de los líderes del Congreso el viernes, mientras que sus equipos seguirán negociando hasta entonces.
Aparte de reiterar sus posiciones, las dos partes hablaron públicamente sobre la posibilidad de encontrar una solución a corto plazo.
Preguntado por la prensa antes de su reunión con Biden, McCarthy dijo que no está dispuesto a impulsar un proyecto de ley que suspenda el techo de deuda hasta septiembre con el fin de dar más tiempo a las negociaciones con los demócratas.
“Él (Biden) necesita dejar de ignorar estos problemas. ¿Por qué seguir perdiendo el tiempo? Resolvamos esto ahora”, afirmó McCarthy, quien consideró necesario llegar a un acuerdo la semana próxima para evitar que EE.UU. incurra en un impago.
Para la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, “una extensión a corto plazo” tampoco entra dentro de los planes de la Administración, pero no llegó a descartarlo del todo.
De hecho, después del encuentro, Biden incidió en que no descarta una solución a corto plazo para el techo de endeudamiento.
“No descarto nada. Vamos a volver a reunirnos. Lo único que realmente descarto es que entremos en una suspensión de pagos”, afirmó.
En EE.UU., el techo de deuda es la cantidad total de dinero que el gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales existentes y financiar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares, los intereses sobre la deuda nacional, las devoluciones de impuestos y otros pagos.
Cada cierto tiempo, Estados Unidos se asoma al impago de la deuda nacional porque, a diferencia de otros países, el Ejecutivo solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea conveniente.
EE.UU. nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que Standard & Poor’s rebajara la nota de solvencia del país.
Con información de EFE
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